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MISION D'.E LOS CAP'!JCltlNOS ÉN GUAYANA 129 8'? - Todos los misionarios se conformen en enseñar un mismo re– zado y las mismas preguntas, porque lo contrario es confusión pata lós indios, cuando van de una misión a otra; el rezar conventual y adminis– trar los sacramentos sea alternativamente, una semana cada uno. 9'? - No se mudará rezado ni las preguntas sino que ciertamente se supiesen por los máyores ladinos, por la dificultad que tienen los indios en aprender lo nuevo. 10. - Las casas de los Padres sea su forma la que sigue: tenga tres celdas y las oficinas necesarias, y en la de la Concepción (Trinidad), por ser Ía principal, concurren más religiosos y se celebran los Capítulos, puede haber cuatro o más celdas, y que se llamará para el voto consul– tivo y no para el resolutivo. 11. - Los misionarios no den libros ni otras alhajas a seglares con pretexto de que son suyas. Y el Prefecto ordena y manda con todo rigor que ningún religioso pueda dar semtjantes cosas sin su licencia. Y el P. Prefecto, cediendo de su derecho, como lo hace, no puede dar a seglares lo que fuere en provecho para las misiones sin tener primero el consenti– miento de los dos consultores. 12. - Para que los indios más fácilmente entren en conocimiento de los misterios de nuestra redención, se ordena que los Padres misiona– rios los celebren según el rito de la santa Iglesia. 13. - Ningún Presidente, por amistad o por otro respeto, permita que los indios vayan a trabajar más días que los 24 del trabajo, que es una luna o un mes. El que los quisiere llevar, los ha de venir a buscar y darles embarcación para volver. 14. - Los Padres no permitan que los indios estén en la ciudad o Puerto de España cuando se celebra algún misterio de nuestra redención, y, si no pudieren volver a ese tiempo, no les dejen ir antes; y, si están trabajando ya, mandarles que se vuelvan, que después irán a pagar los días que les falten. Y en tales días los Padres les explicarán el misterio y les harán pláticas. 15. - Todas las fiestas se hará plática a los indios en su lengua de las materias conduxentes a su salvación, de los sacramentos y mandamien– tos de la ley de Dios. 16. - Para quitar alguna pasioncilla que podría haber, se ordena que el P . Prefecto por sí solo no puede dar licencia a ninguno para vol– ver a España, sino que para ello llame a los dos consultores y se segui– rá la mayor parte de los votos. Pero, si el religioso persistiese en su pre– tensión, la tercera vez que pidiera la obediencia .•. Y asimismo llame