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XVI INTRODUCCION te, que no vivía en independencia, es decir, la indígena, venía a dar unos 35.000 habitantes, de los que 24.000 estaban en las misiones de los Ca– puchinos catalanes y sólo 7.300 en las de los Franciscanos Observantes de Píritu. 10 Sin embargo la última estadística de los indios poblados por los Capuchinos, octubre de 1816, da esta cifra un tanto menor: 19.544, a los que habría que sumar otros entremezclados con españoles en Upata y Barceloneta, más los de estas dos villas, que en total serían 21.246. 10 n III LOS MISIONEROS DE GUAYANA El ilustre historiador Pablo Ojer ha escrito con toda justicia sobre ellos estas palabras: "Quienes coronarán la obra de elevación cultural del indio guayanés por medios pacíficos, no serán los ingleses sino los es– pañoles con las nunca bien ponderadas misiones de los Capuchinos cata– lanes".11 Efectivamente así fue. A los mencionados religiosos fue encomen– dada esa ardua y prolongada tarea de reducir, evangelizar y civilizar los indios pobladores de ese amplio y dilatado territorio actualmente vene– zolano. Con la particularidad de que en esta misión trabajaron única y exclusivamente Capuchinos pertenecientes a la provincia religiosa de Ca– taluña. El número de los mismos puede cifrarse en unos 17 O, uno o dos más o uno o dos menos. En ese número van computados aquéllos que, por diversas razones y siempre por orden de los superiores, ejercieron su apos– tólica tarea en la isla de Trinidad, de cuyos indios estuvieron encargados oficialmente hasta su total reducción, a fines de 1713. Los nombres de estos misioneros irán apareciendo a lo largo de las notas históricas que seguirán a esta introducción. Sólo quiero destacar algunos que se distinguieron bajo varios puntos de vista. Es el primero el P. Tomás de Santa Eugenia, varias veces Prefecto o superior de esta misión, iniciador en 1725 de los famosos hatos de ganado allí estableci– dos, fundamento de la prosperidad económica futura tanto de la misión 10. ALEJANDRO DE HUMBOLDT, Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Con– tinente, IV, Caracas, 1942, 523. 10a. NrcoLÁS DE VrcH, O. F.M. Cap., Víctimas de la anárquica ferocidad. Elogio histórico fúnebre . . . , Vich (1818), cuadro estadístico al final, datos oficiales del 13 de octubre de 1816. 11. PABLO ÜJER, La formación del Oriente venezolano, I, Caracas, 1966, 541-2.

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