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120 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA bajel de registro que llegó a ella por los fines de agosto del año de 87, habiéndose juntado con otros dos de su misma nación, que estaban en las misiones de Cumaná, en todos número de 12, los ocho sacerdotes y cuatro legos. Y hecho su Capítulo, se repartieron en cinco misiones, las tres en esta isla en los parajes más poblados de indios: una en el cerro que llaman de Naparima, otra en una Sabana Grande y la tercera en otra sabana, en distancia de dos leguas poco más o menos una de otra, y to– das a cuatro, seis y ocho leguas de esta ciudad. Las otras dos entre los indios inmedi°atos al castillo y pueblo de la Guayana, 80 leguas distantes de esta ciudad por mar y río; la una a dos leguas de dicho castillo, en el pueblo que llaman de Mariguaca, bien poblado de indios cristianos, y la otra a seis o ocho leguas en otro pa– raje que asimismo tiene bastante número de indios, de ellos cristianos y de ellos gentiles. Y a la fecha de ésta se hallan estos dos pueblos sin religiosos _sacerdotes por haberse muerto los dos que residían en ellos. Para cuyo remedio están dichos Padres determinados a enviar uno de los sacerdotes que habitan en las misiones de esta isla. Y con otro religioso sacerdote que han puesto en el pueblo que llaman de los Cocos, bien poblado de indios, sita a la parte del oriente de esta isla en la media– nía entre los dos puntos de la Galera y los Blanquizales, en distancia de doce leguas de esta ciudad, no queda más que un religioso sacerdote para cada misión, donde a lo menos son necesarios dos sacerdotes, y el prelado y los cuatro legos que asisten a unas y otras misiones. Y, así para reforzar las dichas seis misiones ya pobladas, como para otras dos que se necesitan formar en esta isla para la seguridad de ella y bien de los indios, una entre los indios que habitan junto al río Moruga, a la parte del sueste de esta isla, y otra hacia la punta del Gallo y parte del sur, son menester a lo menos otros diez religiosos sacerdotes y cua– tro o seis legos, que todos sean de la misma nación catalana, por cuanto ellos han dado principio a dichas misiones y los indios están bien hallados con dichos Padres, a cuyo valor, espíritu y celo del servicio de Dios se debe el buen progreso que van haciendo en la reducción de dichos indios, habiéndose entrado en los montes sin más asistencia que el de su buena disposición y maña con que van formando sus pueblos. V.M. mandará lo que más conviniere a su real servicio y al bien de estos pobres indios.

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