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112 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA otra misión con título de Santa Ana, quedando por presidente el P. Fé– lix de Mosset y Fr. Gil de Villamayor, lego. A esta misión han llegado dos capitanes con harta gente a poblarse; todos los sobredichos indios, deseosos de tener Padres y de recibir nuestra santa fe, y se conoce pues al instante hicieron iglesia y casa en cada una de las dichas misiones. Y por ser tanto el gentío, se pusieron estas misiones a medio día de una misión a otra de camino. En la tierra firme de la Aguayana (sic) hay muchas naciones de in– dios sin conocimiento de Dios: que siento en el alma el no tener más re– ligiosos para tan santo empleo. Con que fío de la piedad de V.P.R. que, supuesto tomó tanto trabajo para que se alcanzaran estas misiones, las so– correrá de religiosos, alcanzando del rey nuestro señor y de la provin– cia de Cataluña, etc. Para cumplir a lo que desea Su Majestad dice el señor gobernador de esta isla y tierra firme de la Aguayana y los demás que entienden la materia y miran a la gloria de Dios y dilatación de la monarquía de nues– tro rey católico, que Dios guarde, que faltan otras dos misiones en esta isla de la Trinidad, y otras tres por lo menos en la tierra de la Aguaya– na y circunvecinas a ella por el grande número de infieles que hay por aquellas partes. Mis deseos y el de los religiosos es grande, mas el poder ya se ve que no lo tengo en mi mano: en manos de V.P.R. mi Padre, ya se conoce claro que está el poder independiente. Por tanto le suplico por las entrañas de Jesucristo, mi bien, que lo haga, dando al rey nues– tro señor largas noticias de nuestros progresos y pidiéndole que pida a nuestro P. Provincial de Cataluña, o si no V.P.R. lo haga inmediatamen– te, pidiendo por ahora doce religiosos por lo menos para otras cinco mi– siones referidas, y para conservarlas y aumentar esta santa obra basta– rán dos religiosos que vengan todos los años; y yo y demás misionarios lo dejamos en manos de V.P.R. para que obre y recabe todo aquello que más conduce al fin deseado. Y como V.P.R. tiene en la tierra la gloria de habernos enviado y alcanzado lo tanto deseado con tanto trabajo, tenga también el premio en el desvelo del mucho fruto que esperamos se cogerá para Dios nues– tro Señor, supuesto que él me ha mandado que a V.P.R. lo pida: Rogate, --dice él-, rogate Dominum messis, ut mittat operarios ín vineam suam, porque: Messis quidem multa, operarii autem pauci. Por eso todo se lo suplico por esta causa, se lo demando otra vez por las entrañas pías del mismo Dios que a esa piedad le pague tanto trabajo, remunere tanta fi– neza y dé pródigo la filiación de su gracia, y guarde, como se lo ruego