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INTRODUCCION XIII al oeste; por el sur, el Amazonas o Marañón y asimismo las posesiones del rey de Portugal o Brasil, cuya línea exacta es difícil determinar; y, finalmente por el este venía a dar al mar, puesto que la colonia france– sa o Cayena y la holandesa de Esequivo quedaban dentro de ese mis– mo territorio. Concretando los límites del que fue en definitiva territorio misio– nal de los Capuchinos catalanes, no estuvieron fijados y menos especifi– cados por cédula alguna. En la de 1686 por la que se establecía la mi– sión, sólo se señala, en términos generales "la isla de la Trinidad y pro– vincia de la Guayana", y posteriormente, en 1716, exclusivamente ésta última. Prescindiendo de momento de disquisiciones y conflictos que sur– gieron luego y de que me ocuparé más tarde, los límites de esta misión capuchina quedaron fijados por la concordia entre Franciscanos, Capu– chinos y Jesuitas, habida el 20 de marzo de 1734, que fue ratificada por cédula del 16 de septiembre de 1736. 5 Según esto el territorio misional de los Capuchinos en Guayana quedó delimitado de esta manera: comprendía la región que se extien– de desde Angostura o Nueva Guayana, hoy Ciudad Bolívar, siguiendo el curso del Orinoco por la banda derecha, continuando por la boca gran– de o de los Navíos hasta el mar, y desde Angostura, echando una línea ideal y recta, llegaba hasta el Amazonas o, mejor aun, hasta las posesio– nes portuguesas por aquella parte, que se extendía hasta la colonia fran– cesa o Cayena. Finalmente, esta misma colonia y más particularmente la holandesa formaban por el este los linderos que no fueron fijados nunca por tratado alguno. Sin bajar a otros pormenores, he de añadir que esa parte de Gua– yana, a la que por vez primera arribaba el Adelantado D. Pedro de Or– dax en 1531-1532, puede considerarse dividida geográficamente en tres zonas: primero, los brazos del litoral, constituidos por una banda de tie– rra de aluvión, tras de la cual se encuentran terrenos anegadizos y pan– tanosos, seguidos de algunas colinas. Esta zona está surcada por varios ríos: Amacuro, Barima, etc. 6 Al sur, y después de una cadena de montañas, se extiende una am– plia meseta bastante accidentada, regada mayormente por los ríos Cuyu- 5. Cfr. el capítulo III donde trato con más extensión esta cuestión. 6 . No bajo a muchos pormenores por juzgarlo superfluo, sobre todo hoy en día que son conocidas las descripciones de Guayana hechas por Diguja, Centurión y Marmión, que fueron gobernadores de dicha provincia.
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