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90 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Y, procurando por mi parte el medio más conveniente para la asis– tencia de los indios reducidos, como para hacer misión en los circunve– cinos, consulté a la Real Audiencia en dieciséis de enero de este presente año de ochenta y dos sobre que proveyese de remedio. Y en vista de mi pedimento, por decreto de dieciséis de abril de este año, en junta general de Tribunales, se acordó que yo pusiese ministros que acudiesen a la ca– tequización de los indios con el sueldo nombrado, como consta de testi– monio de autos que paran en mi poder, firmados de Don Juan Flórez de Ocariz, secretario de Cámara en la Real Audiencia y Chancillería de la ciudad de Santa Fe, en cuya conformidad y que desde que tomé posesión de este gobierno mi mayor deseo ha sido solicitar ministros evangélicos para la reducción y propagación de los naturales que asisten en esta isla y en la Guayana, todos en esta jurisdicción, que son más de 24.000 y que nos comunican y sirven por ciertos rescates que se les dan, compa– decido que su ceguedad persiste por falta de ministros que les den noti– cias de nuestra santa fe, propuse el año de setenta y siete al M.R.P. Prefecto de la misión de Tierra Firme de Cumaná, Fr. Juan del Pobo, reli– gioso capuchino, si fuese posible dilatar sus religiosos a hacer en esta provincia por el gran servicio que se hacía a Su Majestad divina y hu– mana, a que me respondió en carta de cuatro de diciembre de setenta y siete, que se hallaba con sólo ocho sacerdotes y que esperaba diez de España, y que de buena gana hiciera lo que le pedía: no obstante que representase a Su Majestad la necesidad para que señaladamente nom– brase misioneros: que de su parte harían cuanto pudiesen. Por carta del R.P. Fray Francisco de la Puente, fecha en 22 de mar– zo de setenta y ocho, me asegura que desean todos los religiosos capuchi– nos asistir a la conversión de los naturales de esta provincia, pero que no tienen suficientes religiosos para conseguirlo, y otras cartas de dicho Padre, que hoy es Prefecto de la misión, me ha insinuado el deseo que tienen de hacer misión en esta provincia. En atención a lo referido y a que se reduzgan tantos infieles y paganos, como tan del servicio de Dios y dilatación de los reinos de Su Majestad. Respecto de la noticia que los indios tienen del cariño y amor con que los Padres Capuchinos los tra– tan para su reducción, es induvitable se conseguirá el fruto que se desea; y por el contrario, si los indios ya reducidos y los circunvecinos que es– tán por reducirse ven que no hay quien los asista, es presumible que se volverán a sus idolatrías y serán más dificultosos de reducir y catequizar y no rindan la obediencia al fin principal para ser cristianos, a que se debe atender y poner los medios más convenientes, como Su Majestad

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