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86 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 9.-Con todo, la realidad fue esa y ese el final, muy triste por cier– to, de la misión (capuchina) de Guayana. Para cerrar este resumen his– tórico, quiero citar las palabras del Libertador, que son una confesión y juntamente una aprobación y alabanza del régimen misional estableci– do allí por los religiosos capuchinos: "Se autoriza -dice- al goberna– dor de Guayana para que por medio de reglamentos provisiorios resta– blezca en todos los pueblos indígenas de la provincia la antigua discipli– na y economía, que les hizo prosperar antes de la guerra de la indepen– dencia". 32 Y agrego a eso que los m1S1oneros se esforzaron siempre por ir adelantando sus líneas y con ello también los derechos de España so– bre terrenos discutidos, fundando nuevos pueblos hacia el Esequivo. Yo creo que si ese su deseo expansionista no hubiera sido coartado y hasta prohibido por los gobernadores Marmión e Inciarte y sobre todo su labor no hubiera sido cortada por la guerra independentista, otra suerte hu– bieran corrido las tierras sometidas luego a ese litigio injusto, molesto y vergonzoso entre Inglaterra y Venezuela. Con todo encierran mucha verdad estas palabras de Humbert: "Hoy en día Venezuela es heredera de los esfuerzos hechos por España en el pasado. A esta última le debe su territorio, y es sobre los derechos adquiridos por los españoles en los siglos precedentes que el tribunal de arbitraje de París se basó en 1899 las fuentes del Orinoco y las minas de Yuruari". 33 Y a propósito de esto mismo y para resaltar una vez más la trans– cendencia de la obra realizada por los Capuchinos aun en ese aspecto, pongo por colofón las tan repetidas palabras de Duarte Level: "Sobre la tumba de los Capuchinos, Venezuela está obligada a depositar coro– nas de agradecimiento. Esos frailes salvaron la integridad de la patria. En nuestra cuestión de límites con la Guayana inglesa, el único sólido e incontestable argumento que pudimos presentar para justificar nuestros derechos sobre Guayana fue la obra que allí hicieron los misioneros. Has– ta donde llegaron los religiosos en su misión evangélica, puede decirse que llegaron nuestras fronteras. Al plantar la cruz, fijaron los linderos de Venezuela" . 34 32. Va firmado en Angostura, 7 marzo 1829 (Cfr. Venezuela Misionera, 39 (1977), 323 ). 33. JuLES HuMBERT, Los ol'igenes venezolanos, Caracas, 1976, 278. 34. LINO DuARTE LEVEL, Historia patria, o. c., 170.

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