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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 85 los PP. Fulgencio de Barcelona, Prefecto, Miguel de Olot, Francisco de Orgañá, Antonio de Martorell, Leopoldo de Barcelona, Pablo de Llesui, Sebastián de Igualada, Fausto de Barcelona, Leandro de Barcelona, Fr. Cayetano de Gratallops y Fr. José de Sabadell, más los PP. Joaquín de Barcelona, José de La Riera y Domingo de San Hipólito que fallecieron de muerte natural. 8.-Y por fin para otros veinte esa tragedia tiene un final bárbaro, cruel, inhumano en la mañana del 7 de mayo del propio año 1817. Lle– vados con otros prisioneros al pueblo-misión de San Ramón de Carua– chi, fueron allí sacrificados, como dice otro misionero que salvó la vi– da, el P. Serafín de Arenys, "a la lanza y machete, a sangre fría, uno detrás de otro". He aquí sus nombres: PP. Mariano de Perafita, José Antonio de Barcelona, Diego de Palau Tordera, Matías de Tivisa, Jeró– nimo de Badalona, Luis de Cardadeu, José de Valls, Celso de Reus, Ra– món de Villanueva, Miguel de La Geltrú, Ildefonso de Mataró, Fidel de Hospitalet, Joaquín de San Vicente de Llevaneras, Esteban de Sabadell, Buenaventura de Igualada, Angel de Barcelona, Valentín de Tortosa y Honorio de Barcelona, más los Hnos. Fr. Antonio de Sau y Fr. Mariano de Tiana. 30 Ante tal crimen, llamado por alguno "el gran pecado de Venezuela", quedan flotando estas interesantes preguntas: ¿Quién dio la orden para que se cometiese? Ante las muchas dudas, opiniones y sospechas emi– tidas, quizás pudiera repetirse una vez más aquella frase histórica: "El matador fue Vellido pero el impulso soberano". 31 Por otra parte, ¿quiénes perpetraron materialmente el crimen? Tam– bién en esto se repiten las dudas ... Alguien añade que los cadáveres de los tan bárbara e ignominosamente sacrificados fueron luego quema– dos y sus restos calcinados se arrojaron al río Guri ... Sin intentar ulteriores investigaciones ni pretender dar adecuada respuesta a tales preguntas, prefiero más bien, entristecido, correr ese velo que oculta tras de sí los muchos y terribles misterios que encierra la historia de la pobre y miserable humanidad. 30. Carta autógrafa del P. Serafín de Arenys al P. Comisario de misiones, isla Mar– tinica, 26 noviembre 1817 (Archivo Provincial de los Capuchinos de Catalu– ña). Dice de sí mismo que pudo pasar de Guayana a dicha isla con pasaporte de Bolívar y del Almirante Brión. 31. Cfr. ANTONIO Y. PICÓN, El gran pecado de Venezuela. Disertación histórica, política y religiosa, Maracaibo, 1898; fue publicado este opúsculo anterior– mente, 1891, bajo el seudónimo de A. IGNOTUS.

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