BCCCAP00000000000000000000219

84 FÜÉNTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 8.258 los matrimonios celebrados por la Iglesia y se elevan a 28.293 los que recibieron sepultura eclesiástica. 28 Esas cifras de índole espiritual se completan con otras relativas a lo material y humano. Gracias a los misioneros surgieron en Guayana florecientes poblaciones en tan dilatado territorio; campos yertos e in– cultos vinieron a convertirse en fuentes de riqueza, de notable produc– ción agrícola y sobre todo pecuaria; y sus pobladores, de bárbaros y sal– vajes, en personas civilizadas, instruidas e industrializadas. 7.-Y entramos en la recta final de este cuadro que he intentado trazar brevísimamente de la historia de esta misión. Son los primeros meses de 1817, año de la conquista de la provincia de Guayana por par– te de los patriotas. Sin tratar de profundizar mucho en los acontecimien– tos, sí quiero hacer notar que considero totalmente injustas las acusacio-– nes lanzadas contra los religiosos por algunos historiadores, entre ellos Duarte Level que les reprocha de ser "realistas exagerados y que odia– ban la república". No es eso: no es que se metieran en política; si se inclinaron por los realistas y los favorecieron, hay que tener en cuenta que eran españoles y como tales debían obediencia a su rey que justa– mente los había enviado allí con la alta misión de predicar el mensaje evangélico a los indios de Guayana. 29 Por eso mismo refiero los hechos sin detenerme en disquisiciones curiosas o tal vez molestas. Lo cierto es que Piar se apoderó de Upata el 6 de febrero de 1817 y seguidamente de todos los pueblos misionales, y a partir de entonces comienza para cada misionero una terrible tragedia que consistió para siete de ellos, que lograron huir, en los azares y sufri– mientos de tener que dirigirse a países desconocidos con muchas incóg– nitas por delante. Los que tal hicieron fueron éstos: PP. Nicolás de Vic, Hilarión de Mataró, Felipe de Verdú, Manuel de Vic, Pedro Mártir de las Presas, Serafín de Arenys y Fr. Juan de Vic. Para otros esa tragedia se convirtió en algo más doloroso. Deteni– dos, encarcelados, expuestos al hambre, a las privaciones, a los insultos y a las enfermedades, fueron cayendo víctimas de todo ello, como fueron 28. I bid., cuadro estadístico al final. 29. Creo deben ser rechadas esas expresiones por varios motivos, como igualmen– te otros varios juicios emitidos sobre los religiosos y misioneros por el mismo Duarte Leve! en su obra Historia Patria, Caracas, 1911, en el artículo que dedica a las Misiones, pp. 135-170. Véanse los artículos que publiqué durante 1977 en la revista caraqueña Ideales Seráficos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz