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ormalizada la urea, el doctor se decidió a operar el riñón derecho, que era el más sano. Y así lo hizo el 11 de mayo, día siguiente a la As– censión del Señor. Para el P. Bernabé tiene sig– nificado que la operación fuera un viernes. ·Des– pués de transcurridos 15 días, cuando empecé a levantarme, fui visitado por el buen Jesús con una suavidad y elevación de espíritu'. Regresó al convento en plan de convalecien– te, con prohibición de ejercer el ministerio. Y así estuvo todo el verano, pero no faltaba algún fur– tivo que venía a confesarse. E l 19 de octubre del mismo año, fiesta de San Pedro de Alcántara y también viernes, el en– fermo entró en quirófano, para atacar el Dr. Es– nal al segundo riñón, el izquierdo, el más daña– do. Durante la operación vaciló el doctor: ¿No sería mejor proceder a extirpar completamente el riñón... ? o lo hizo. Quizás pueda funcionar todavia, pensó. El cronista conventual ha tomado nota de esta operación. ·Le opera el Dr. Esnal del otro riñón, del que extrae otra piedra tan grande o mayor. La operación era muy delicada y difícil, aunque realizada con éxito. La herida muy gran– de·. El P. Bemabé ha salido del quirófano..., y sin ceder en su momento del espíritu penitencial, va a tener vida para resistir hasta los 80. Si me llegan a quitar el segundo riñón -pensaba- seguramente que no habría podido vivir. 78

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