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En Fuenterrabia empecé un apostolado particular, que anteriormente en Alsasua me habia llamado la atención pero no habia te– nido la oportunidad pam ejercerlo. Fue el apostolado de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en las familias. Al principio lentamente, es decir, primero empecé a hacer la propaganda por las familias; después, más tarde, tomó mucho auge. El buen Jesús me deparó una mujer pia– dosa en Irún, que trabajaba por las familias para el acto. Llegada la tarde del domingo se realizan dos, tres y hasta cuatro entronizacio– nes. Y no sólo era la ceremonia de colocar la imagen del Sagrado Corazón y recilar el acto de consagración. De antemano se ex.hartaba a las familias a prepararse con la recepción de los sacrarnentos. Don Carlos Rivilla, dirigido del P. Bernabé y gerente de la Tabacalera de Irún, era un gran bienhechor en este asunto de las imágenes que el P. Bernabé entronizaba. Las estatuas se fabri– caban en el taller d e San Ignacio, de San Sebas– tián. En la portería del convento se había puesto un armario con exposición de distintas imáge– nes que podían escoger las familias. El Corazón de Jesús en la policía La anécdota la ha contado literalmente así el P. Rogelio Ballona. "En Irún había una señ ora muy piadosa, ter– ciaria franciscana y profesora de francés, a cu- 71

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