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De nuevo el flemón en la pierna En enero se renovó el flemón que le había molestado el año pasado, un flemón en la pier– na derecha que no le dejó en paz durante varios meses. El guardián del convento, P. Leonardo de Iroz, se cartea con el ministro provincial, Ladis– lao de Yábar, y le va informando. "Le participo que está en cama con bastante fiebre el P. Ber– nabe (25 enero). MAyer estaba desconsolado por– que el médico mandó que le quitaran el hábito y le pusieran camisa» (30 enero). Se advierte al lector que la costumbre austera de los capuchi– nos era dormir con hábito, si bien no con el há– bito usual, sino con e1 llamado "hábito de dor– mir". Sin duda que tiene plena razón el P. Guardián al ver que el P. Bernabé estaba des– consolado sin el santo hábito..., aunque todo lo ofreciera. La cosa empeoró. Hubo que trasladarle al convento de Zaragoza. Un médico acertó con el mal, y el día último de mayo pudo comenzar a decir la santa Misa. Con la enfermedad vino la desgana y la im– potencia. Hubo días en que no le era posible re– zar un Avemaría. Le prohibieron durante un tiempo recitar el Oficio divino. Luego pudo ha– cerlo y esto era un alivio. o volvió a Híjar. El 17 de julio dejó Zarago– za y llegó a Pamplona, para trasladarse, pocos días después, a su nuevo destino: el convento de Alsasua. 44

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