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cían que alguna vez le encontraron dormido allí en el suelo o a media noche o a la mañana. Se pensó que entre los dos podríamos orde– nar y fichar la biblioteca, y comenzarnos la obra. Allí le ví a veces arrodillado orando..." En octubre el P. Juan Evangelista se encami– nó a Roma para cursar estudios universitarios y e l P. Bemabé se agregó a sus compañeros de Híjar. Año de Elocuencia en Híjar (1933-1934) El 2 de octubre el P. Bernabé llegó a Híjar a hacer el llamado Año de Elocuencia, curso de adiestramiento en el ministerio de los sacerdo– tes noveles. Cuatro días d espués escribe a su di– rector y le dice, entre otras cosas: Hace cerca de un mes que no me acuesto, sino que duermo en el suelo, envuelto en una manta. ... También deseo hacer otro sacrificio a Jesús y lo he hecho alguna ve~ dejando de desayunar, pues una vez que he tomado las especies en la santa Misa no siento ninguna necesidad de tomar otro alimento. Pero no sé qué pasa; en seguida me cogen en esas morti– ficaciones, y cedo con mi acostumbrada debi– lidad a las razones con que disuaden mis compa1 eros para que no haga tales mortifica– ciones. Sin embargo, si es del agrado de Jesús quiero pasar por encima de todo. Son rasgos que, en el fond o, retratan toda una fisonomía. 43