BCCCAP00000000000000000000218

que conseguí dicha obra después de haber consultado con el Director del Colegio. Tengo que decir que la lectura y la meditación de La Mística Ciudad de Dios ha hecho o produci– do muchos y admirables efectos en mi alma. Ha sido, y es aún hoy, una de las Obras pre– dilectas, en las que encuentra mi alma su ali– mento y sabor espilitual Más de una eleva– ción ha producido en mi pobre alma la medi– tación de esta obra. Los que han vivido con el P. Bernabé en Ecuador, tal el P. Gabriel de Azqueta, pueden re– frendar este testimonio. El P. Bernabé, pobrísi– mo, que no tenía nada, que en sus viajes no lle– vaba otra cosa que el Breviario, tenía, proceden– te del convento de Ibarra, una edición antigua de La Mística Ciudad de Dios en seis tomitos. Cuando viajaba, compañero del Breviario iba uno de aquellos pequeños volúmenes. Agonía del Huerto Fray Bernabé ha meditado mucho en la Pa– sión. Las páginas de la Madre Agreda le ofrecen pasto abundante para adentrarse en estos miste– rios, con predilección en la Eucaristía y en la Pasión. Hay un recuerdo que fijó en su memo– ria con fecha exacta. 38 En el año de 1932, en la fecha de 19 de agosto, estaba leyendo el relato de la oración de Jeús en el Huerto de Getsemaní. Llegué al punto donde Jesús, postrado en tierra, oraba

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz