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libros que continuaron influyendo en mi vida fueron La Verdadera Devoción a la Santísi– ma Virgen y l.a Historia de un alma. En es– tos libros encontraba con preferencia el ali– mento espiritual de mi alma. Los novicios, aparte de la oración reglamen– taria de la comunidad -oración de la mañana v de la tarde- tenían su meditación privada e~ las celdas, de 10 a 11 de la mañana. Para Fray Bernabé ésos eran los momentos sabrosos de luces íntimas y consuelos sobrenaturales, escu– chando el magisterio interior. Descubrimiento de los salmos Tiempos bíblicos no eran precisamente los tiempos de nuestra historia. Un joven de 18 años con grandes ansias de Dios como era el hermano Bernabé no se había acercado todavía a los salmos. Nada extraño que nos descubra el alma para decimos: Al principio el rezo del Oficio Divino me resultaba árido. Los salmos no me decían gran cosa. Más tarde, habiendo escuchado un comentario sobre las excelencias de los sal– mos, cambió l.a disposición de mi alma. Des– de entonces empecé a fijarme en el sentido de los salmos y encontré alimento espiritual pa– ra mi alma. Esto fue en el noviciado. Pero hay una anéc– dota interesante, referida por el P. Félix Blasco, 28