BCCCAP00000000000000000000218

Los tres primeros años pasaron sin cosa de importancia. Verdad que de cuando en cuando me deparaba el Señor algunas humi– llaciones. Verdad es también que mi devoción y confianz.a en la Virgen MarÚJ. iban dando algunos pasos. Casi al terminar el cuarto curso empecé a sentir una novedad en mi espíritu. Como un deseo de tender hacia la vida de perfección en la forma que entonces era capaz de compren– der. Creo que por aquel tiempo empezó a lla– marme la atención la figura amable del Cora– zón de Jesús. Aquella figura dulce y afable me hablaba o decÚJ. algo a mi espíritu. También por este tiempo -creo que fue por el mes de mayo- empecé a sentir fervores sensibles en los actos de piedad, pero no sabrw explicarlos en qué consistÚJ.n. Así llegué al quinto curso. Por este tiempo fueron dos los medios o instrumentos de la bondad divina que endere– zaron -a mi humilde entender- mi vida ha– cia la perfección. Uno de estos medios fue la lectura pausada y meditada de La Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María de San Luis María (Grignon) de Montfort., que anteriormente no me decía nada ni entendía. En ese libro encontré el ideal de perfección por la consagración total a la Santísima Vi– gen en calidad de esclavo de amor y por Ella a Jesucristo. En los primeros meses del quinto curso había empezado ya a tener algunas preocupa– ciones. Por consejo del que era entonces mi 19

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz