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En el convento de Capucl1i110s en Quito los fieles veneraban el cuerpo yacente del P. Bemabé. Murió el viernes El viernes por la mañana el P. Bemabé tenía la misma mirada, fija, del todo fija, en algo..., en Alguien. El impacto que producía aquella mira– da que precedió a la muerte lo ha retenido igualmente el P. Marcelino Armendáriz, que allí se encontró. El P. Bernabé miraba. A veces volvía los ojos hacia la pared izquierda de la habitación; otras a la pared de la derecha, donde pendía un cua– dro de la Virgen Dolorosa del Colegio, venerado en Quito. De mañana el P. Santiago preguntó al Dr. Aulestia, que atendía a] enfermo: ¿Qué tal se encuentra... ? 162

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