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Al darle el alta, el Sr. Benito García lo lleva al convento de capuchinos de Quito. Y el domingo por la mañana, cuando el P. Santiago Ramírez va a hacer una visita al enfer– mo en la habitación conventual, lo encuentra medio inconsciente. ¿Qué había pasado? El P. Bernabé se levantó para ir al baño y tuvo un desvanecimiento con caída y golpe en la frente; se había ensuciado. Inmediatamente los religio– sos - el Hermano Hilai;o Saragüeta, Santiago Ramírez...- le atendieron, le lavaron, le cambia– ron la ropa. "Mientras le limpiábamos (escribe el P. Santiago), pensaba que era el último servicio que le hacía, como quien ungía su cuerpo para la sepultura. Le aseamos bien, tomó u.na agüita e inmediatamente a la clínica· . De nuevo y definitivamente en la Clínica Pasteur. A las 12'20 se firma el primer comuni– cado médico: "Paciente con dolor en herid.a y con sensación de náusea, que no llega al vómi– to·. A las 17'50 el informe dice que "llega al vó– mito". El diagnóstico "primario" indica: "Insuficien– cia renal crónica". El diagnóstico "secundario• añade: "Trauma cráneo-encefálico leve•. Siguen precisando los informes, día a día, señalando horas. El jueves por la noche, día 28 de abril, se en– contraba en la habitación del enfermo, entre otros, el citado P. Santiago. Nos relata: "Estába– mos delante de la cama, a sus pies. Miraba con mirada fija, ojos bien abiertos, y los pasaba rota– tivamente sobre los que allí estábamos. Nunca le había visto mirar de ese modo tan fijo y pe– netrante. El Rosario lo rezaba con gran lucidez·. 161
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