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cualquier otro rato y hasta inutilizarme totalmente. Que el Señor no lo permita~ Desahogos que el P. Bemabé escribe a un re– ligioso en plan fraterno, compartiendo la fe. Y meses más tarde: Es una especie de oscuridad, que uno lo ve todo negro... Es difícil explicar la situa– ción. Además, como que uno se siente culpa– ble de todo... A pesar de ello, en el fondo del alma hay una paz... y como que uno se sienta en esa paz como resignado..., ya que no encuentra remedio en nada... Clama... y tiene impresión no hay quien le escuche... ¿ Y la Virgen Ma– ria? Clama el alma a la Madre de Piedad.. No siente la presencia de la Madre... Jesús anda oculto. El alma se siente indigna de todo... Le ruego que no (dé) demasiada importancia a todas estas expresiones... Quería exponerle, en alguna forma, las situaciones por las que he pasado (noviembre 1986). '- Y ¿por qué no acude nadie a e\'angelizar en estos campos? No hay gente... Ese compromiso no vincula a la Viceprovincia como tal... El P. Bernabé observa que en Ecuador los capuchi– nos, deseosos de renovación, implantan nuevas presencias. Hace poco se ha formado una nueva fra– ternidad de tres hermanos (...). Se dice que tal estilo de vida está dentro del "carisma~ de San Francisco de Asís. Y ¿no estará dentro del ·carisma" de San 157