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moradores. La torre de la Iglesia parroquial se está dañando porque entra agua... (A una fa– milia amiga, 10{IJ87). Llegó el día de San Bernabé. El P. Bernabé cumple 80 años y sigue en pie. El Doctor de Quito no se explica de dónde saca fuerzas este hombre. - Usted, como a médico, me desconcierta, le dijo un día. Otros con la misma enfermedad du– ran cuatro o cinco años, y usted adelante años y años. El año 1987 fue lo mismo y no hay por qué insistir: solo en medio de tanta necesidad. Crisis, gemidos y paz Nos hemos demorado intencionadamente en dar detalle de estos meses largos para el apóstol, porque esta prolongada situación nos introduce en el ámbito para comprender mejor su estado interior. El misionero padece al ver las almas. Se re– fugia en la oración. Dios es poderoso para soco– rrerle en la salud, si así lo desea, por mediación de los santos. Entretanto he encomendado el asunto de mi salud temporal al siervo de Dios, el Papa Pío/X. ¿A Pío IX? ¡Sí! Después .que me enteré de que habían sido reconocidas sus virtudes heroicas. Recibí una santa alegría e ilusión de que sea elevado a los altares. 155

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