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Septiembre de 1985 Esta es una fecha muy significativa, fecha ti– tular para la última vertiente espiritual de la vi– da del P. Bernabé. Entra en la Clínica Pasteur de Quito. Anotemos que ya antes, en calidad de enfer– mo, el P. Bernabé había visitado las blancas es– tancias. Tuvo una crisis larga en 1981. En octu– bre de aquel año, en torno a la Virgen del Pilar, había m isionado en el Recinto "Cristóbal Colón", distanciado de San Miguel de los Bancos. Por causa de las distancias sólo se atendía a aque– llos fieles una vez al año. Le acompañaron unas religiosas misioneras. Durante un par de sema– nas se aplicaron a la catequesis, prepararon las Primeras Comuniones, arreglaron matrimonios. Regresó a la parroquia el día 17 de octubre, que era sábado. Jo le hizó bien algún alimento y contrajo una intoxicación. Celebró misa el do– mingo; es más, con esfuerzo supremo celebró la misa mayor, a las · 1 l. Pero hubo que llevarle a la clínica. Los riñones funcionaban muy mal y la cosa fue grave. Pero, en fin, hubo alguna re– cuperación y el día 1 de noviembre pudo acom– pañar a don Esteban Gobbi que, visitando diver– sos países de América Latina, llegaba a Ecuador. Y sigue en sus notas: "En la Clínica permanecí -se pue,de decir- hasta Navidad de aquel año, porque me retuvieron después de mi convalecencia. Así pude ejercer un pequeño apostolado con los enfermos dentro de la Clínica". La cosa está clara en la lógica del P. Berna– bé: enfermo y apóstol de los enfermos. La recaída fuerte que marcó el viraje como 150

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