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En noviembre de 1981 Don Esteban Gobbi llegó a Ecuador. El P. Bernabé, en calidad de responsable, firma la carta convocatoria y pro– gramática de las jornadas, en las que participa– ban diversos obispos y el Cardenal Pablo Muñoz Vega. E l Movimiento ha creado innumerables Cenáculo de oración. El afecto mariano, sencillo e ingenuo E n la vida del P. Bernabé es un capítulo su– mamente delicado este de su apertura hacia los mensajes y vivencias transmitidos por almas es– pirituales. Visto d esde fuera y en un pr imer abordaje esta actitud contrasta con la reciedum– bre de su fe austera, acrisolada en la constante inmolación. El autor d e estas páginas recuerda, con edificación y agrado, cómo el P. Bernabé (el biografiado iba a celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales) le consultó cuá l era la Biblia que realmente leía la Iglesia . Ciertas expresiones in– cluidas en la versión castellana chirriaban en sus oíd os. Recuerdo que le hice llegar la Neo– Vulgata, promovida p or Pablo VI y p romulgada por Juan Pablo II. Posteriormente le comuniqué que había apar ecido ya la segunda edición típi– ca, con las correcciones y mejoras respecto a la p receden te y un mínimo y sustancial a parato critico. No deja de sorprender su actitu d ante las Apariciones de Ezkioga, hechos que dividieron opiniones allá por el año 1931, en Guipúzcoa, zanjados por la intervención eclesiástica. 131