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una nación donde todo traba.jo honesto dignifica al hombre". No les llevaba el apunte a los que se mofaban de mí; lo único que a mí me importaba era estirar los nervios y hacer buena provisión de calor para poder soportar victoriosamente los fríos de aquellas horrorosas noches. Según queda indicado, de noche efectuábamos nuestos cambios de domicilio, de suer– te que al llegar a nuestros nuevos alojamientos no había ya posibilidad ele traer leña del bosque y parecíamos conde· nados a morir en nuestra heladera. Pero como dicen que el movimiento desan-oÍla calor, yo apelaba con brío y coraje a mis ejercicios de gimnasia sueca . El sueño ¡10 me preocupaba; casi lo odiaba. 50. - Rancho extraordinario. Con la relativa abundancia y liasta con regalo, puede de– cirse, fuimos tratados durante nuestra permanencia en la la– clronera. Una vez nos dieron carne de oveja, y otra vez, de faisán, tan abundante en aquellos bosques. De odinario nue~– tra comida se reducía a un plato de panizo bastante abundan– te, sin sal y sin condimento alg1:mo, que a pesar de ser na.tu · ralmente insípido, nos sabía a manjat· ele Dioses. Quien elude si el hombre es o no es un animal omnívoro, para salir de¡ duelas no tiene más que ponerse en nuestro Jugar. Algunas poca~ veces nos dieron también pmé de maíz y sopas de al– forfón (txiaomi). Los cautivos teníamos rancho aparte, y los rancheros éramos nosotros mismos . Los comunistas se da– ban mejor trato y se servían manjares especiales, reservándo– le la parte del león. Para ellos había gran variedad de car– nes, pedices, gallinas, ovejas, cabras y cerdos . En cuanto a las reses vacunas compartían con todos los chinos auténticos, compatriotas suyos, la repugnancia a sacrificarlas y a comer– las. 1\Ienudeaban los grandes banquetes en aquella ínsula don– de nuestros amos apacentaban enormes rebaños de ovejas y de cabras. De cuando en cuando se dignaban ofrecernos al. gnnos desperdicios ele su mesa y el agua que había servido para fregar su vajilla; _agua que nosotros paladeábamos co– mo si fuera un lic,r exquisito de -acreditada marca. Y estos hombres que nos trataban con tanto despotismo, desprecio y - 67-

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