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en tanto que ahora ... Ahol'a era un bicho l'aro, objeto de la ctu·iosidad de aquella novísima y anticanónica cofradía. Pron– to me ví rodeado de un numeroso corro que me hacía toda clase de pi·eguntas, particularn1e11te acerca del dinero que po– seen los extranjeros residentes en China. "Ya lo habéis podL do ver, les dije: Resulta que yo soy más pobre que todos vos– otros". Me preseutaron rma cantidad muy variada de gafas . Algunas de ellas podía diputar por mías; ya q11e fueron ro– badas en nuestra casa de Sanxelipú. Las restantes lo fueron también segru·umente en algunas misiones de europeos. Les interesaba saber qué valor tenían en el comercio; y se a.som· braban no poco al asegm·arles yo que un par de gafas costaba más de 30 dólares. Sing Hui, hombre de algtma ilustración, me devolvió las lentes del P. Bartolomé, luego que se con– venció por algunas advertencias mías de que su uso, lejos de favorecerle, podía serle muy perjudicial. El teniente Sing Tsao me restituyó los Santos Oleos clel mismo Padre. Y un chico, después de mucho rogarle, me dió tm rosario; con cuya adquisición quedé tan contei1to como si todas y cada una de .sus cuentas .fueran valiosas pei-las de Guzarate. En adelante ya no sería menester contar las ave1uarías con los dedos . . . 41.-Otra expedición redentora. Pasado el 'l'ayang-po nos internamos en los lugares más in11ccesibles y abruptos, en ultrapuert<>:s, o como quien dice, en los Picos de Europa, en regiones solitadas y frías donde la temperatma de invierno es de 30 o más gtados bajo ce1·0. Allá los ladrones se hallan en su -feuclo y en su casa, y campan por sus respet~- sin que ose nadie hacerles frente. Es el re– moto Tung-mien que he visitado ya varias veces y siempre con mucho recelo. No es posible pensar en la hnída en aque· llas soledades. Ko me trae1·ía cuenta, aun cuando ~'.lgrara blll'– lar la vigilaucia ele n1is guardianes. Mi destierro tenía pues trazas de prolongarse mucl10. Dormimos el 18 ele 11oviembre cerca de Lintxia1niao, población importante en otro tiempo, con su ferla. etc., y al presente un acervo de 1·11inas. Durante la noche los comunistas hicieron de las suyas en el pueblo; robaron varios objetos y maltrataron a nna indefeusa mujer. -53-
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