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del <>jército y lo:,¡ cautivos lo pasa 111'ls a la mañana siguiente: los rojo¡; sobre anima!es y nosotros a pie con agua fría ha::;ta la cintura. Aquel baño de medio cuerpo fué pat·a mí ele muy saludable efecto. N'l en vano vengo predicando desde hace tiempo el método de hidroteri1pia. Para los chinos piaot ze Jué tormento insoportabh>. El estado mayor preparó un ban– quete. sacrificando numeros?s puerco~, ovejas y cabra:;, para cel()brar los numerosos triunfos obtenidos hasta entonces, .v sobre todo, el asa lto y sa<¡neo de Sanxelipú . 1os rojos se 11\0Straron muy a legres y se¡p1ros por liallarse al or iente del caudaloso •rung-ho, com(I quien dice en los dominios uatnraleR del hombre que vive fuera de le.v. Muchos cofrades todavía desconocidos para mí trabaron conversación connúgo, y no ))<)<:os me miraban con car iño. 1\[e presentaban fusiles, instru– mentos fj¡¡ icos, muchos utensilios ele! culto católico. relojei;, etc. Vi Q\le obraba en pode1· del teniente Ts110 el reloj ele fray Isidro. Por lo visto el registro fué tan mii,ncioso qne no se libraron ele él ni las zapat illas ni las media$ . Me pedían la:; lla.vecitas de los termómetros altímet1·os, baT6111etros, etc. Los vobrecillos no tt'nían uin~rtllla idea ni de la física populat· recreativa . ¡ Si hubiese levantado su privilegiada cabeza el P. Simón de Bilbao! Les clasi.fiqn~ los fusiles por sus sendas marcas ele fábri– c11. Noté que mucho$ de ello,; proceclía11 de Alemania y que fueron fabricados durante la guerra europea. 35. - Comienzan las hostilidades. J,os thungs, con quienes yo departía amigablemente, mP iban cobl'ando cada ve:.: más cariño, considerándome como un miembro mHs M su cofradía y fam il ia. Hasta llegar on a or¡ranizar nn concierto en mi obsequio. Cuando más dist.raí– <los nos halh',bamos. noto 1111 movimiento inusitado en el e.i~rcito. que maniobra y evoluciona ordenadamente. Silban al:.,"lrnas balas procedentes del lado occidenfal del río. Mi ~nardián Cirnelo me manda levantarme apresuradamente y correr monte arl'iba . '\Qué pasa?", le pregunto. "No te im– porta ~aberlo. me replica; anda, anda; a correr". Y allá voy con·ienclo, cargado también esta vez con el peso de una cama; -43 -

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