BCCCAP00000000000000000000217

que la impcnia11cia del misionero Mtólico no es!ribaba en SU!< recursos materiales sino en sus enseñanzas e,5pil'ituales, y que nueHtros haberes ~e reducían a bien poca Msa. Ibamos an– dando desde las cineo ele la madrugada y eran yn las cuatro ile la tard('. La mucl111 transpiraeión cntiíuea había resecaelo rni paladar, y me ví obligado a exclamar: ¡ Sed tengo! Qnerí~ unas pocas gotas de agua. y aquél guardián fiero )' sin entra. ñas no me las daba. En 36 años de vida r el igiosa no he reci– biclú de niugím 'P. Gnardifo tan cruel ñegativa. ¡Benditos .v miserieorcliosos guardianes míos ele la Or<lc-n Seráfica! que Dios os prernie poi· vuestra mncl1a carid,1d ! ¡ Cuán ajeno a ella era mi improvisado guar dián Ciruelo!! 32. - Ta. wa. ta kumen. Lleg-~mos a est~ lng,ar al atardecer del tercer <lía. v por lo que a mí toca t')davía en ayunas . No hace falta nonderar mi ea11sancio. a cansa princinalmcnte del considerable peso qne llevaba sobrP mis espaldas. TTna vez dentro ele la ct1eva me dP.,caJ'i:tné <lel me11tado k ang, cama de bano con calefacción que u~au los chinos en las 11ocltes ele invierno. Los d<'má.~ C'lncantivos se h1mbaron en el suelo como los irracionales. ;;in alma pa:'a decir ni una Mla palabra. Momentos después i11tn1clucfon en la misma cneva dos soldados reanlares mania– ti1d'ls. los c1iales sometidos a uu severo interrog-atorio acaba– ron nor confesar de plaJJo cuanto sabía11 acerca de los mo– viurieutos clel eiército reirular. A I punto salieron dos nar– tidas ele comunistas, llevándose cousi!?O a los dos prisione– ros, a atacar los puestos militares de Youeln y de Utxio. Em- 11ei·o los ocupantes ele estos puestos, sabedores a s\1 vez de lo que ocurría, huyeron oportunamente. 1\fe ofrecieron algo de comer; pero lo rehusé siu decir palab ra, aunque tenía un hambre Que uo ,,efo. Cerrada ya la noche trataron ele arre– ba!ar me la cama (kani:t), mi inseparable compañera ele todo e-1 clía . Pero yo estaba muy enamorado de ella. Y así, cuando me la reelamaro11, desobedecí formalmente. Quisieron asus· tarrne co11 ameuazas; pero yo encaramado en mj kang, la.s despreciaba olímpicamente . .Al fin me golpearo11 tan sin pie– dad con las crt1latas de sus fn.~iles que hube de eehar pie a - 41-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz