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30. - Un grupo de mendigoxales vascos. Es creencia bastante generalizada, a lo~ menos eu Sud América, que la boina vasca denuncia infaliblemente el ol'igeu de quien la lleva puesta. Y sin embargo la boina vasca sienta muy bien en cabezas chi_nas. L:> estaba viendo en u11 grupo de jóvenes rojos que, tocados de esta airosa y gallarda pren– da, S'\tbían delante de mí las alturas colindantes de Luixejo; ~· si en vez de fusiles al hombro portaran en las manos s6lida1; estacas o makillas, mi ilusión hubiera sido completa; hubiera soñado que me hallab8 presenciando los ejerciaios y evolu– ciones de un grupo de mendigoxales vascos. ¡En balde. cla1·0 está! La de mi uso particnlar pasó a la cabeza de Kaokanir. jefe de la caballería, speaker de la cofradía, un l1ombre de mncho arrojo que cometió no ])')COS crímenes. Muchas veces l18blé con él, y le prometí una boina roja si h'abajaba por mi liberf ad. Noté q'ne hacían mucho aprecio de estos cubre– cabezas. Quizá sean más saludables que Jo¡¡ maotze, s')mbre– ros de J)iel y lana que usan ordinariamente los chinos. lios ma.otze, producen en muchas personas d?lores ele cabeza y. lo que es peor. congestiones cerebn1les que tiene a veces conse· cnencias ftmestas e irremediables. El inconveniente de la boi– na de dejar al aire libre las orejas puede 1·emediarse fácil– mente. 31. - Las apa.rilmcias engañan. Tan placenteramente distraído iha ro contemplando aque. llos vasco-amarillos q11e me lrncían tanta gracia, cuando mi conductor o iuardián me da tul recio ~olpe eu la espalda. di– ciéndome seca e imperiosamente: "i Más aprisa!". Volví atrils la cabeza..hacia el atrevido que así me malt,rataba para re– prenderle y decirle: "¡ Qné delito he cometido yo 1 ¡ En qué– te he faltado para que me pe¡rues ?" . Pero el aMmbro y 1R risa. atajaron mi incipiente protesta. Porque en aqu<'l punto y ocasión mis o.ios atónitos tropezaron con la vera efigie de un fornido y gigantesco fraile capuchino. Ya antes habfa visto entre las sombras nocturnas de la ct1cva 'nn reliirioso llnticanónicamente t.ra, jcaclo. con el capucho por clelimte a manera clt> babero. Más tarde, ex11111inadas las cosas a luz más clara y serena, sospeché si en aquella visión no habría pne8to -38 -
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