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cramentales del bautismo) - i Qué le estás haciendo? - Bat1tizarle por si todavía vive, 1)ara que su alma suba al cie– lo ... Cerca del sitio donde se cometieron tau atroces crímenes ~e nos juntaron lo.s soldados que venían de las lomas latera– les. ;\fandábalos un capitáu a quien saludé inclinándome profundamente en señal de sumisión y gratitud. i\Ie acogió con singular benevolencia, baciéndome repetir en breve re– sumen la historia de mi caut,iverio. E;·an ya las cinco de la tarde y comenzaba a osc1micer. Los ladridos de los perros nos indicaban el itinerario de los rojos por montes y vegas, des:filaderos y bal'ra1icales. Si en aquel Gabaón Kansuauo hubiera habido entre nosotros un ,Josué que detuviera el C\U'SO del sol. no quedara a vida piante ni mamante en los dominios del infame T,iu-,vuen-san. Tal era la indignación de los regulares ante los cadáve1·es de aquellos inocentes ast.>siuados. 'roclo elogio es corto e insuficiente para lo que se merecen estos valientes soldados de Yeguanfu, de q1úenes tenía ya las mejores referencias por carta del P. Esteban Gan– beka, superior de los PP. Franciscanos de dicha ciudad. Los rojos ha liaron en ellos sus má.5 encarniiados enemigos. Pero ya que no podíamos detener el sol, nos detuviroo$ nosotros; juntamos cuanta leña pudimos e hicimos nna gran fogata. y nos colocamos en den-edor de ella sentados a nsan· za china. La¡¡ llamas parecían llegar hasta el cielo, formando un espectáculo fantást ico. ¡ Digno remate de aquel dia de vio– lent11s emociones! ¡ \' erdaclero regalo de Reyes! 'l'odos se interesaban por mi humilde persona; todos rivalizaban en cortesía y solicitud para conmigo . Y a las buenas palabras siguieron las buenas obras. Un soldado me clió tui bollo de pan de trigo; otro, nuos terroncitos de azúcar-; y varios otros, diversas golosinas. Allí apareció el famoso barquillero de marras . Sí. el extraño y m~~terioso personaje que apareció en 'l'ung-kua-tze el día 2 ele enero "ganándose la vida con S\1 peque.fia industria'' continuaba ahora en este nuevo Gabaón vendiendo barquillQs. Tuvo la amabilidad ele obsequiarme con un buen puñado. de ellos. Y al comerlos me acordaba ele los qne me habia regalado Wu-sit-n-xP.n, ya n ·discípulo - 112 -