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• ·sionero catóiico manten«.>nne ,;nmiso ~· obediente a ellos micn– l1·as fuera su vohmtad ! ¿ Desvariaba 1 0Era11 los hábitos de toda lma vida pasada bajo el yLtgo de la obediencia que se sobreponian hasta el i11.5ti11to de la propia conservación Y Es lo cierto qur eché a coner eu pos de los fogitivos deeidido a alcanzados y a ponerme d<> nuevo a sns órdenes. Me de- 1uYo un espeetácul.o trágico. 1;u compañero mía yacía en el ,5uelo cou dos fuentes ele sangre en la cabeza. Un balazo le había atravesado ele parte a par te. Respiraba todavía. Fni yo el únfoo t.esti~'\ de su dolorosa agonía. En este momento no veía en derredor ni sol dados regulares ni l adrones. Va– cilé. reflexioné. Reeordé que yo como religioso carezco de p1'opia v?hmtad, debiendo ejecutar siempre la de mis supe– rio:·es , prelados. La cual conocía ro muy bien. y en con– formidad con ella debía salYar mi vida aún por encima ele toclas las palab1'lls dadas a los bandidos. ¡ Pero con qué ca– r11 me presentaba yo delante de e~t'.ls el día que volvieran a -visitarme en mi residencia de King-yang? O t qué cuenta me trnía indisponerme con eRtOs enemigos de la legalidad vi– gente, habiendo ele ejercer mi ministerio par roqujal en lu– gares sometidos a su autoridad 1 Pero no había tiempo que perder en logomaquias ni disputacbnes escolásticas. Habfa <¡ne decidirse pronto . Y yo me decidí por la foga in.media – ta de las ocasiones ele caer en manos de los l·ojos . Mientras éstos eorrían hacia el Sur yo enderecé mis pasos hacia el :N~rte . Pronto me encontré con la vanguardia regular que me recibió apuntándome con sus fosiles . Un momento trá· gico e impresionante en que una vez más vi de cerca la muerte . Aumentó mi confusión y angustia la circunstancia <le que los que me amenazaban agitaban al. aire banderas roja~. AEl·an alguna partida de comunistas que venían en ,rnxilio ele los fugitivos 1 En t,11 caso mi suerte estaba echa– <lil. Sabía yo 1>erfectamente el procedimient.o sumarfaimo qnc aplicaba Liu-Yuen-san a los cautivos y cleserto1·es e in– fieles a su palabra . Serenémonos r probemos fortuna, me <lije. Con las manos en alto y con ademán. ele querer du:i– -girles la palabra me acerco a los fusiler.os, y ya al habla con ellos. protesto y aseguro que soy hombre de 1,az y que mi presencia en aquellos parajes se justifica. por mi profesión - 109-