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81. - Ascenso de Wu-sien-xen. Los cautfros celebt·Muos con júbilo el ascenso de este ins– pector o vigilaute nuestro a la eategoría de ta ren, es clecir. lrombre grande. Y yo con más motivos que ningú11 otro . Aun n,ás que por su exterior arrogante y guapezón, se distinguía "\Vu·sien-xen por su correceión y amabilidad exqui1,ita, y por su tino ). prudencia en solnciona1· cmalc(uier conflicto que ocm·riera en la fratern idad·. 'l'rabé conversación con él l)Or primera vez el 12 de cliciembt·e y me sirvió ele intermedi~rio para ponerme al ha,bla con el seling (11~68). Desde ese día al 19 del mismo mes )10S veíamos, pero s in hablarnos. El 19. retirados en una caverna de la parte anstral ele 'l'a-yang-r'o. liablamos largo y tendido. y nos h icimos muy am.igos. No era todavía personaje de mucha influencia en la cofradía roja. pero t.enía ya franca entrada en las habitaciones de Liu-yen– san (a) Bar rabás, y en algunas ele sus entrevistas debió el~ hablarle interesándose por mi. Es lo cierto que el día 20 me llamó Barrabás a. su honorable presencia y me salucló cari– ñosamente, y pronunció con su boca (que perlas vier te) mi e-xtraño ~ desconocido nombre . Y aun se dignó llenarme él mismo personalmente y por tres veces nú cuencio de calabaza con manjares pre1>arados expresa y exclusivamente J)al'a los ta ren, hombres graneles . Prestaba atención a lo que yo decía sobre la vida política, social y religiosa de los pi1eblos ele Europa y América. A pesar de lo cual nadie me quitaba ele la cabeza que me las había de un bribonazo ele siete suelas . EstabaJ1 1>resentes a nuestra conversación varios oficiales. Terció en ella mi distinguido discípulo Wu·sien-xen para manifestar ante la respetable asambl ea que el misionero cau– tivo se ha perfeccio11ado mucho desde que vive en la cofradía roja, que ya no es caprichoso y desobediente a los mandatos de los super io1·es, ni criticón ni quejumbroso. Por todo lo cual, l1ora es ya de otorgarle carta de hermandad con todos sus derechos y franquicias, y di> hace1·le tse you, con participa– ción en el refectorio de la comunidad; cleben quitári;ele las liga. duras ele las manos, y ning(m cofrade podrá en adelante mal. tratar le ~- castigarle a su antojo" . .Atmq11e mi liber tad que– daba pntdentemente restrin¡!'icla. l<> qne SP pedía para mí era - 100 -