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be con la mayor sencillez el acto más trágico del drama. Y el santo Evangelio ¿qué es sino un su– blime continuado, expresado con las frases gramaticales más ordinarias? ¿Qué elevación literaria hay en estas expresiones : Antes que Abraham fuera creado, existía yo. Ha de Ue– ,gar un día en que todos los que están en los .sepulcros han de oír mi voz y han de resuci– tar? Ninguna. La elevación está en los mismos hechos .que se desbordan de la inteligencia por su in– -conmensuarble grandeza; pero no en el modo de expresarlos. ¡ Cuánto se ha pecado, y sin duda se está pecado, contra esta regla de la claridad y sencillez que estoy recomendando! Hay clérigos, cegados por la vanidad, para los cuales la mayor ilusión de su vida es obte– ner en el púlpito el aplauso de las personas cultas. Encargados de predicar un sermón, pien– san en la minoría, escriben para la minoría y para la minoría predican.