BCCCAP00000000000000000000215

tiguo colegial o seminarista, representando en el escenario. Es víctima de la timidez, o de eso que se llama hoy; con frase que ha hecho fortuna, complefo de inferioridad. Pero este complejo suele_ durar poquísimo tiempo; porque el hombre se acostumbra a todo fácilmente. fodos sentimos miedo a las alturas, y un fontanero trabaja en el borde mismo del ale– ro de una casa de siete pisos, con la mayor tranquilidad. Todos experimentamos horror a servir de blanco a las balas; y, un soldado, a los quince días de campaña, oye sus silbidos como quien oye llover. No hay apenas nadie a -guíen no espante estar a solas en una habitación con un muer– to; y, un obrero de cementerio no tiene in– conveniente en dormir a sü vera, sin que el frío cadáver le robe ni cinco minutos de sueño. Pues eso mismo le sucede al s·acerdote ante el público. Primero se horroriza ante él,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz