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ceñida está de espinas y cambrones y se escapa la sangre a borbotones. Su cuerpo, de la tierra el más hermoso, de amarillenta rigidez cubierto se baña en un torrente sanguinoso, todo descoyuntado y entreabierto por los terribles látigos y heridas de nefandos e impíos deicidas. Sus carnes inocentes y sagradas divina sangre manan a raudales; y de tal suerte quedan desgarradas por los golpes y horrendos cardenales, que solo el contemplar tan triste escena bastara a enternecer a feroz hiena. Y con todo verdugos y sayones inflexibles y duros cual las rocas no cejan en denuestos y.. baldones y a porfía le insultan con sus bocas; y de envidia y coraje poseidos rebraman de furor y dan aullidos. Y arrogantes delante se pasean y le muerden e injurian con sus voces, y orgullosos sus ojos centellean y le miran sañudos y feroces; y con la rabia que en sus pechos brota se mofan y hacen de El burla y chacota. 53