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96 Mi manjar será tu cuerpo, el altar será mi mesa, mi bebida será el sanguis, mi escudilla la patena, el sagrario mi vivienda, mis arreos y atavíos .la sagrada vestimenta. ¡Oh Amor, que me has ungido sacerdote de tu Iglesia y mi frente has coronado con la altísima diadema que hace reyes de los cielos a los hijos de la tierra: como Tú cuando corrías por los valles de Judea prodigando tus favores, anunciando la ley nueva, voy a ir a mis hermanos a aliviarles en sus penas, a contarles tus amores, a contarles tus querellas, a decirles que les amas, que les amas con terneza, que moriste en Cruz clavado por clavar nuestras flaquezas que en humilde tabernáculo día y noche te aposentas esperando al hijo pródigo con las manos siempre abiertas; que te olvidas de sus culpas