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94 -«¡Ay! hijo del alma, grita y vierte dos fuentes de perlas, si las culpas tu vida reclaman que también yo comparta tus penas, que desgarren mis carnes azotes, que en la Cruz a tu lado perezca.» Y en tanto que plañe y su rostro las lágrimas riegan con tierno cariño le arrulla y le estrecha le mece en la cuna le abraza y le besa. Pamplona, Diciembre .1918.