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1S. - BEATO CRISPIN DE VITERBO, CAPUCHINO (I 668 - 1750) El "Santo alegre" se llamó el Beato Crispín; y cierta-– mente leyendo su vida, se comprende que con mucha razón se le llamó de esa manera; y aun podría haberse añadido un detalle más: El Santo alegre y la alegría de los que le ro– dean, porque todos se sentían alegres y gozosos cuando se hallaban cerca de él. Y puede asegurarse que de la devoción tierna, ardiente, .apasionada, que tenía a la Santísima Virgen, resultaba en ,él aquella alegría, que apnecía patente en :odo su ser. Parece haber querido Dios hacer sensible en él la verdad de aque– _lla invocación de la Letanía mariana "Causa nostrae laetitiae", ,causa de nuestra alegría. Nació en Viterbo, Estados Pontificios, en 1688, y en el bautismo recibió el nombre ¿e Pedro Fioretti. Sus padres, Ubaldo y Marcia, eran pobres pero muy buenos cristianos; .así que el niño se crió en una atmósfera de piedad y devoción, que venía a ser un modelo de todas las virtudes, y un pe– •queño apóstol de sus pequeños compañeros. Todas sus dis– tracciones consistían en asistir a las funcicnes de la iglesia, y rezar ante el altar de María o en el Santuario mariano de la Encina. En una de las festividades de la Virgen S;rntísima, Marcia tomó de la .mano a su hijo y io llevó á1 sobredicho Santuario. Arrodillados los dos ante la milagrosa imagen, fué diciendo al oído del niño con interés y firmeza intensos: "¿La ves, Pe– -drito? Es tu Madre; acabo de consagrarte a Ella para siempre; fíjate bien, para siempre. Amala con todo tu corazón y hón– rala todos los días de tu vida". Fué la oeasión de su vocación a__la Orden Capuchina d haber contemplado, en mía procesión cele6raaa··en Viterbo, los novicios de la Orden, que iban en ella con un recogimiento, con una modestia, las □anos en las mangas del hábito, los ojos en el suelo, los pies -descalzos, la barbita incipiente, el rostro angelical. . . Fué tal la impresión que produjo en su alma aquel ~spectáculo, que desde aquel momento no pensó. - 63 -