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Su., arrior a .Pios era ardentísimo e inconmensurable. En la :Pasión de Nµestro Señor : esucristo no ·podía pensar sin derra– mar., profusas lágrimas. A la Santísima Virgen profesaba una tiernísima devoción; la miró siempre como a si:. tierna Madre; son notabilísimos los ·sermones que quedan compuestos por él sobre la Santísima Vfr– gen. Fué singularísimo en la celebración de la Santa Misa; en ,ella se entretenía Dios con él, haciéndole gustar las delicias del •cielo. Ordinariamente duraba su misa tres horas, cinco horas, •ocno' horas. Se le vió muchas veces rodeado de llamas, como ·si ardiese en una hoguera celestial; otras veces se le veía en ·el aire sin tocar la tierra con sus pies, como sostenido por ma– n os invisibles. Un día, en la Corte de BaYiera, mientras cele– braba su misa, lo vieron todos los asistentes :-odeado de una luz clarísima, que lo rodeaba con resplardores celestes. Con razón se ha dicho que las misas de San Lorenzo de Brindis son un. algo excepcional en la hagiografía cristiana. L Una vida de activida,-i tan prodigiosa tuvo su término ocu– pada en esa misma actividad y a causa de los trabajos sufridos en su última embajada?' Elegido por los apJlitanos embajador cerca del rey de España, Felipe III, y aprobada la idea por el Papa. emprende ,el viaje, ya muy averiado en su salud, especialmente a causa de la gota que de largo tiempo le tenía mortificado. Felipe III se hallaba por entonces ausente de Madrid, en Lisboa, y allá se dirigió ~l Santo, sin hacer caso de la enfermedad que había contraído, o que se había agravado a causa de los tra– haj os del viaje; y, Jl'egado a Lisboa, y cumplida safüfactoria– mente su misión cayó en cama, para no levantarse más.f Los dos Capuchinos que siempre le acompañaban, le dieron los últimos. 'Sacramentos, ue recibió con el fervor y dev::>ción que es de· ·suponerse, y eútregó su alma a Dios en el día que él lo había predicho, el 22, de julio de 1619,,_día en que cumnlía los sesenta .añ~: Cuán preciosa fuer1c. su muerte a los ojos de Dios lo de– dar;_ron los milagros realizados poco después a su invocación y culto. Fué beatificado por el Papa Pío VI en 1733, y canonizado por León XIII el 8 de Di-~iemhre de 1881. -41 -
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