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dicha, ya anunció desde el púlpito, y también en carta y con– versaciones, su futuro martirio. "No me volveréis a ver. Los. herejes quieren mi vida, y yo la daré con mucho gusto por la fe católica". Escogió por campo de acción personal el valle de Pret– tigau, el más desolado y más frío. El corazón de sus habi– tantes estaba muy en armonía con la aspereza de su naturaleza y de su clima. Groseros, violentos y fanáticos. Recibían a lose Misioneros con una mirada de desprecio y de odio. Hizo muchas conversiones y recibió muchas abjuraciones. de herejes. Pero ardía en vivos deseos de dar su sangre y su vida P?r Jesucristo. Y esta gracia pedía a Dios por medio de la Virgen Santísima de la que era devotísimo, y de otros. Santos protectores suyos. El día 23 de abril de 1622 predicó, como de costumbre,. y recibió algunas abjuraciones. Le fué hecho un ruego de ir al día siguiente a Sevis, pueblo vecino, donde se le que– ría hacer, decíanle, una honrosa demostración en desagravio. de un insulto hecho, hacía poco, a uno de sus misioneros. _ e.\Ó.s. era el pueblo más rebelde a las ensefíanzas católicas, el más obstinado en el error y el más fanático. No ignoraba lo que le reservaba ese pueblo perverso; su corazón le decía no ser verdadero y sincero sino falso y fingido ese deseo ma– nifestado de oirle, y que se urdía una conspiración contra él. Así lo expresó a sus compañeros: "Voy a Sevis a cumplir mi ministerio, si bien no ignoro que esa gente no habla con sinceridad, y que se maquina mi muerte. P~ro no temo nada, y cumplo con mi deber predicando hasta la muerte la divina palabra". Llegado a Sevis, se dirige a la iglesia donde se halla reunido el pueblo. Sube al púlpito, y en él encuentra un escri– to que le dice: "Predicarás hoy por última· vez". Aquella predicación iba a ser como un resumen de todas las que la habían precedido: U_g__~olo _Señor, una sola Fe, un solo Bautismo". · - - Hacia la mitad del sermón suena en la iglesia el disparo de un mosquete ; era la señal convenida. En la emoción y agitación consiguientes, hombres preparados sacan a relu cir - 36-