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que había de ilustrar tanto, primero con sus virtudes, y des– ·pués consagrarlo con su sangre; y en ese día le fué cambiado el nombre de pila por el de Fidel de Sigmaringa, con el que le veneramos en los altares. Pasado santamente el año de la prueba, y dedicado pron– to a la predicación, se desprende de los artificios de la elocuen– cia humana, y apárece hombre dE Dios, hablando con senci– llez evangélica, no buscando más que el bien de las almas, exponiendo claramente la verdad católica con tanta manse– dumbre y delicadeza, que hasta de los mismos herejes se gana el afecto, y acuden a oírle con suma complacencia. El secreto __ de _ su,:; éxitos está en su manera de predicar, tod¡¡ -ªPº~t~Iica y fra;ciscana, pero también en el hecho de que antes de cad~ ~_!!l§n pasaba una _hora a_godillado ante el S!\grario y otra_JwLa cuando bajaba del púlpito, añadiendo a la oración pr.iY-aciQ_nes, discip_linas y c-ificfos, Las maravillas que producfa- su predicación a través de toda la Suiza y la Suabia, que el Padre Fidel recorría en to– das direcciones, irritaron pronto a los Pastores protestantes y Jefes políticos, interesados en confundir la causa del protes– tantismo con la independencia de Suiza. Pero sus invéctivas, sus dicterios, sus amenazas son por completo indiferentes a este verdadero apóstol, que no mira en todos su trabajos más que a la salvación de las almas, y se considerará muy dichoso, si llega a verter por ellas su sangre en el martirio. Nombrado Guardián sucesivamente en los conventos de Reinfelden, de Fr~ en Suiza, y de Feldkirch, resulta mo– delo de Superiores, sostenedor inquebrantable de la Regla, et amator fratrum, y amador bueno y dulce para con sus her– manos, los súbditos. Ferviente devoto de la Reina del cielo, la asocia a su apostolado, y -reporta-p or Ella silsvictorias. "Quien de todo corazón ama y venera a la Santísima Virgen, escribía a un . ;. discípulo suyo, no será abandonado de :Dios. Confíale tu suer– te, y ruega por mí, pobre pecador". La Congregación de Propaga:::ida Fide fundó una misión en Suiza, de la cual fué nombrado Prefecto el Padre Fidel. Al dejar su convento de Feldkirch para dirigirse a su Misión -34-