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se complacía en hacer patente la virtud. ,· ,. Había sido precedido en la capital del Islán, por un ;:.. grupo de hér1nanos suyos, que habían abierto el can1ino a la evangelización, y habían sufrido azotes· y encarcelamientos. '.. , Unióse a ellos el Padre José, y empezó ardientemente su apos– ,tolado, llevando socorros a los cristianos, especialmente a los '-- / esclavos, hechos tales por los corsarios turcos, en las playas / o en el mar, y que estaban encerrados en oscuras mazmorras, '. sujetos a trabajos forzados y a toda clase de privaciones. El se constituía en servidor suyo, y sintiendo vivamente su an– '¡ gustia moral, les llevaba cuanto podía de ropas y alimento, 1 se encerraba con ellos en los calabozos, compartía su miseria, .,. · ¡ les predicaba con el mayor carmo. ¡A cuántos libró del pe– -·: ~_ligro de la a_p...<2.§tLsía, y a cuántos arrancó de ella después _~- 1 de haber caído! - 1 Pero no se contentaba con eso; quería convertir a los , Mahometanos; decirles, como los primeros mártires de Ma– rruecos, que su profeta era un impostor, que Jesucristo es el verdadero Dios, Salvador de los hombres. Y emp~reffí. car en las calles y en las plazas, y dondequiera que encontrase un grupo de mahometanos. Le costó su empeño, azotes y cárceles; y como nada le retraía de su predicación, y hasta eñ el palacio del Sultán ·entró algunas veces con ese objeto, fué condenado a muerte. Tres días estuvo pendiente de una , viga con la mano y pie derecho c avadas en ella, y aun en eseesta~f posicion -següia pre 1canclo la doctrina de Nues– tro Señor Jesucristo. Terminado el tercer día, Dios envió del cielo un ángel, que lo desclavó de la viga y le curó m ilagrosa– mente las heridas, y sin perder el mérito del martirio, le dió a entender. que debía volver a Italia. Así lo hizo y vuelto a su patria, continuó su misión con inmenso fruto en las almas. Con una vida de tanta actividad apostólica juntaba admi– rablemente la vida contemplativa de unión con Dios, con fre– cuentes y largos éxtasis; obraba muchos milagros, hasta que, predicho el día de su muerte, confortado con los Sacramentos de la Iglesia, entregó ·plácidamente su alma a Dios el día 4 de febrero de 1612. Beatificado por el Sumo Pontífice Clemente XII en 1737, fué canonizado por Benedicto XIV en 1746. - 32 -

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