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San Francisco, bendecido por un mendigo (Pintor Ros Ráfales). De la biogrcf{a en 50 cuadros, por Ros Ráfales (ca. 1896-1898). presencia activa en la vida de cada colegial; llenó de admiración a Mo::is. Sán– chez ·de Castro, obispo de Santander, cuando, sin ruidos ni alharacas, brindó albergue gratuito y la consiguiente formación cultural y religiosa, a los 34 huér– fanos que causó la explosión del vapor "Machichaco", el 3 de novie□bre de 1893'º'· No pocos mendigos se sintieron rumbosamente aliviados con la Jamada "sopa boba", que a diario distribuía no lejos del fuego hogareño. Entre sorprendido y nostálgico se refirió en cierta ocasión el genial escul– tor Jorge de Oteiza a los pocos sobresalientes que había dado el Colegio de Le– cároz en las Artes Plásticas. Y ¿cuántos son los que han emulado las glorias de un Nicanor Zabaleta? Quod natura non dat, salmantica non praestat. Sin olvi– dar lo aventurado que fue en todo tiempo vivir del Arte. Llevaneras, sin ser mú– sico, creó coro y orquesta, según se pone de manifiesto en las páginas que ha dedicado al tema el P. Claudio Zudaire. Y sin haber empuñado en su vida ni 101. Relató la catástrofe del "Machichaco" José M' de Pereda en su novela "Pachín Gon– zález". La generosa paternidad del P. Llevaneras con los huérfanos de aquella tragedia se refirió en "El Mensajero Seráfico" 140 (abril 1896) p. 242-247; "La Avalancha", 162 (Pamplona, diciem– bre 1901) p. 271-273; "Madre del Buen Consejo", de Lecároz, 83 (1982). 24-25. 75