BCCCAP00000000000000000000191
Jueves, 2 de mayo de 1907: Tiempo magnífico; colegiales con sus profe– sores por la carretera de Arrayaz, "y con buena merienda, encargada por N. Rdmo. P. desde Roma". 14 de mayo de 1906: procedente de Madrid. "Los colegiales palmotearon cuando entró al comedor". 11 de abril de 1904: Comunica el Rdmo. su audiencia de 3/4 de hora con S. S. Pío X y la particular bendición apostólica para sus subordinados y ordena en consecuencia, festejarlo en casa y en el campo. Y así se hizo. 1 noviembre 1902: "Hoy no fuimos a ver al Rdmo., como se acostumbra en las fiestas", escribe un novicio (anónimo) cronista. Jueves, 23 de enero de 1902: "Hubo paseo; salieron los Novicios, etc. y también salieron los niños, acompañados del Rdmo., como siempre" 98 • Testimonio de Fray Pantaleón M' de Ciguñuela. Suplica al P. General que le autorice incardinarse en el Distrito Nullius, porque no querría separarse del P. Llevaneras, "bajo el cual fui recibido en la Orden el año 1888 y hasta la fe– cha siempre he estado con él y de un modo especial desde el año 1895, que me destinó a Madrid, con el cargo de limosnero, inmediato a él; y al fundarse esta residencia (de Medinaceli) y el convento de El Pardo he compartido gustoso con él los muchísimos sacrificios y disgustos que han costado". Por servir al Rdmo., quebró Fr. Pantaleón su salud a los 38 años de edad; y por la vida del Rdmo., cuando estuvo gravísimo, ofreció la suya, que estuvo en trance de per– derla. Felizmente ambos a dos sanaron por completo 99 • Testimonio del P. Román de Vera. "Recuerdo que nos solía decir con fre– cuencia que no quería a un religioso, mientras no fuera misionero... Para los de LECAROZ el P. Llevaneras fue padre, madre y todo. Jamás ha habido su– perior que lo aventajase en finura y respeto al religioso. Cada cual sabrá como se ha portado con él; respecto a un servidor y a centenares de mis compañeros digo que fue, después de Dios, el autor de nuestra vida religiosa y cultural, de nuestro amor al Papa, a la Eucaristía, a la Santísima Virgen, de nuestros en– cendidos deseos de ser misioneros... ". "En Lecároz a nadie se le ha preguntado si quiere ir a misiones; se le ha enviado y nada más; porque para eso habíamos profesado en Lecároz"'ºº. Rasgo relevante del Rdmo., que bien se compadecía con su autoridad in– tangible, fue su humanitarismo. Se admira el abogado Fernando Olmedo (futu– ro Fr. Fernando de Santiago) de la caridad dispensada con los enfermos; con– signa Fr. Eusebio de Echalar que en Lecároz y merced al P. Llevaneras, se aca– bó la anemia endémica de Montehano; se apresuró a hacer confortable el nue– vo edificio; habilitó hospedería, bien provista, para los familiares de los cole– giales y de los religiosos; improvisó tardes de asueto, con merienda, para rom– per la fatigosa monotonía; supo coordinar sus largas ausencias romanas con su 98. P. BERARDO DE CIEZA, "Crónica" B. Estas gacetillas, espigadas en las crónicas de Cieza y del P. Emiliano revelan un cierto paternalismo autoritario en el fundador y rector nato del Colegio de Lecároz. 99. Madrid, 2 de julio de 1904: AG, G-62, D.N. !OO. Testimonio recogido por P. BIENVENIDO DE ARBEIZA en su " Reseña Histórica de los Capuchinos de Filipinas"; Pamplona, 1969; p. 184-185. 74
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz