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provincias envíen un par de estudiantes teólogos, próximos a ordenarse, a la nue– va entidad autónoma formada por Lecároz y la Procura de Misiones, de Ma– drid, será suficiente para satisfacer el compromiso firmado con el Gobierno de España. Lecároz ---completa el P. Joaquín Mª- les infundirá aquel espíritu mi– sionero, que no se respira fuera de él y "que reconozco es el secreto y la causa principal de su prosperidad y de las bendiciones del Cielo, que con admiración de todos, se ven continuamente" 72 • Todo su optimismo será menester para no rendirse ante ciertas intempe– rancias de algunos de sus súbditos inmediatos y para no retirarse de la escena pública por las que su hermano, P. José Calasanz, califica de "atroces calum– nias, con que los libelistas intentan manchar su honra de hombre, de sacerdote y de superior" 73 • En atención al deseo expresado por los definidores de Castilla y de acuer– do con el sentir de los hermanos Llevaneras, el Definitorio General, en sesión de 12 de mayo de 1894, resuelve incardinar la comunidad y colegio de Lecároz, como Colegio de Ultramar, a la Procura de Madrid, entidad dependiente di– rectamente del Rdmo. P. Ministro General, representando por el Rdmo. P. Joa– quín Mª de Llevaneras, como superior inmediato de dicha institución. Los re– ligiosos que actualmente residan en el Colegio continuarán por el presente, mas no como agregados al Distrito Nullius, del cual formarán parte solamente los que en él se hayan educado. No podrán participar en el próximo capítulo pro– vincial; pero gozarán de voz activa y pasiva en los siguientes de su respectiva provincia originaria 74 • El 18 de diciembre de 1895 se celebra en Bilbao el capítulo provincial anunciado, primero de elecciones "democráticas" desde la restauración de la Or– den capuchina en España. Resultó promovido al provincialato de Castilla el P. Ladislao de Rionegro, con tres definidores navarros (de origen) y el cuarto cas– tellano. Y quedó el Rdmo. P. Joaquín Mª de Llevaneras reducido a su feudo de la procura de Misiones en aquella entidad especial conocida como Distrito Nu– llius Matritense, con el Colegio de Lecároz como centro de formación de los futuros apóstoles de las provincias capuchinas de España. 72. Relación citada supra, nota 66.- Y "Relazione di visita. B. Castilla", nos. 11 al 15, por el P. Fr. José de Calasanz de Llevaneras; AG, G-62-11 (1889-1906). 73. En carta al Sr. Nuncio del Papa en España alude el visitador extraordinario de los ca– puchinos, P. J. Calasanz, a la "Magna Expositio et denunciatio Capuccinorum Hispaniae facta S. S. Leoni XIII, mense lunii, anno 1893", cuadernillo de 24 páginas, impreso, del que hay un ejem– plar comentado por el P. Rafael de Antequera, en el Archivo provincial capuchino de Sevilla. La carta de P. Calasanz fechada en Madrid, 11 de noviembre de 1893, en la que se excusa de salir a la defensa de su hermano, porque tener en cuenta acusaciones tan burdas sería hacerle una in– juria. Es el caso que tampoco se libra del vapuleo el futuro cardenal. AG, G-62-11 (copia). 74. "Conventus Lecaroz in Congregatione... "Acuerdo definitoria!, Roma 12 de mayo de 1894, que se ratifica por decreto de Roma, 9 de diciembre de 1895: "l. Si conferma che il Con– vento di Lecaroz rimanga distacato da qualunque Provincia ed appartenga alla Procura di Ma– drid, come collegio de Missioni. Ma il Min. Gnale. non puo prendere algun impegno di dar sus– sidi per detto Collegio... Ali' Instituto apparterrano solamente i futuri religiosi in esso educati": AG, Atti-11-(1889-1902), nº 205. 62