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de 14 de mayo de 1905 relativo al "estado del Distrito Nullius" saluda entu– siasmado Llevaneras la terminación del "túnel subterráneo que conduce las aguas a la nueva central dentro de la huerta del Colegio :s.or .), para usos indus– triales del Colegio, como la molienda del trigo y de chocolate, aserrar madera, sacar agua para el riego y alumbrar el edificio y caminos, e:c.". La generosidad de dos amigos (Valentín Alberdi y José Antonio Zulaica) le había salvado de la quiebra 61 • Quedó instalada una dinamo de corriente continua y de 16 kilowatios de intensidad. Completa Llevaneras su informe precedente con la noticia, no muy pre– cisa, de haberse adquirido, el año 1894, por 2.500 pese:as "casi todo el monte del norte del colegio", de acuerdo con lo insinuado por el P. Andermatt en su última visita pastoral. Lenta y progresivamente va componiendo este centro vocaciona~ su fiso– nomía externa, matizada de una no disimulada tendencia a cierta autonomía en bienes de uso y de consumo. Encarece el corresponsal de "La Avalancha" (Le.), la ::eracidad de la huer– ta, "una de las mejores y más habilmente cultivadas"; y la prosperidad de la granja con su ganado vacuno y lanar, sus "corpulentos ansarones" (vísperas de Navidad), palomas, conejos, gallinas, "que son la admiración de los visitantes". Dotó de material los Gabin¡;tes de Física, Química y de Historia Natural. Refiere al respecto el fiel colaborador del P. Llevaneras, D. Joaquín Jiménez, que, al cerrar el colegio que dirigía en Madrid un sacerdo:e aragonés, de ape– llido Salamero, cedió al de Lecároz todo el mobiliario y su Gabinete ée Histo– ria Natural 62 • Importó Llevaneras máquinas de electricidad estática, lentes y es– pejos, microscopios,joya por mucho tiempo un Carl Zeis:s de Jena, material plás– tico de anatomía humana, comprado asimismo en Alemania, de igual rr:odo que la escala de elementos y de productos químicos, adquiíidos en Darmstadt. El aparato de Rayos X prestó buenos servicios a los médicos Yrigaray y Olaortúa y a los cirujanos del Hospital de sangre de Lecároz, los pri□eros días de la Cru– zada. Atenta proveedora, especialmente de material eléctric,), (carrete de Ruhm– korff, batería de 3 acumuladores...) fue la M. de la Bonne Presse de París. Añade el P. Eusebio de Echalar (testimonio tardío, peligroso respecto de la exactitud) que surtió Llevaneras la incipiente biblioteca de obras tan funda– mentales como la edición crítica de las teológicas de Sa:ito Tomás; la colección Quarachi de San Buenaventura; el "Sacrae Scripturae" :le :\figne; el Codex Va– ticanus de Vercellones; la colección Hachette de clásicos gcegos y latinJs; la Bi– blioteca de Autores Españoles (BAE) de Ribadeneyra, etc., etc.; libros que fue– ron catalogados por su secretario Fr. Antonio de Sasarr.ón,; 3 • Constituye todo esto el alicatado cultural de aquel llamativo edificio, que 61. Fr. Joaquín M' de Llevanei-as: "Estado del Distrito Nullrns"_ Roma, 14 de mayo de 1905: AG, G-62, D.N. 62. Joaquín Jiménez, "Bienhechores insignes", mss. a. 1928: ACL, A-8. Biografía asequi– ble del ilustre D. José SALAMERO y Martínez en el Dic. Ene. "Espasa '. 63. Apuntes del año 1941 (sin firma): ACL, "Libro de Defunciones...", p.64v.- Se pagaron 15 pesetas a Imprenta y Encuadernación Garmendia de Irún (! de marzo de 1889), por el ma– motreto de 250 hojas destinado a catálogo de la biblioteca conventual. 53

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