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cároz; entre ellos, los beneméritos Fray Angel de Rentería, José de Benamejí, Antonio de Vera (escultor), Félix de Azcoitia (maestro de obras), Diego de Sen– gáriz, Cornelio de Tafalla, Antonio de Sasamón (secretario particular de Lleva– neras), Bernardo de Zugarramurdi, Salvador de Peñacastillo, Guillermo de Alcoz.. . Celebróse la primera misa el día 4 de diciembre de 1890; oficiante el Rdmo. P. Joaquín Mª de Llevaneras, ministro provincial de la provincia capu– china de Castilla, procurador general de Misiones y superior cuestionado (no discutido) de la nueva fundación. Pero si en 1888 pudo escribir al P. Ander– matt, "quod Dominus dignatus sit cuneta media optabilia expedire ad mea im– plenda desideria" 22 , hoy logrado su objetivo, no tiene por qué arredrarse ante el futuro. Meses antes de la llegada de los seráficos de Montehano, "como la casa estaba vacía", diose Fray Bernardo a recolectar ropa blanca (servilletas, :oallas, sábanas, fundas, sobrecamas) y otros bienes útiles. Del síndico de Pamplona, D. Juan Artola, recibió 3 albas y 2 manteles de altar; otras personas de Pamplona y de Elizondo se afanaron también por completar la provisión de ropa de iglesia. Llegó a juntar Fr. Bernardo unas 100 sábanas de excelente calidad, más de un centenar de toallas, servilletas y fundas; 6 sobrecamas; 80 colchones, de los cuales 78 totalmente nuevos y varios de ellos tan espaciados que pudieron hacerse dos con cada uno. Dª Francisca lrazoqui, de Vera de Bidasoa, sobrina del fundador del con– vento de Bayona, le entregó 6 colchones y le prometió traer de París ''las cu– biertas", porque así le placía. El donostiarra D. José Benito Amestoy, "ilustre e insigne protector de nuestra Orden", sugirió al P. Llevaneras una entrevista con D. José M" Juan– martiñena, residente a la sazón en San Juan de Luz y tan enfrascado e:.1 favo– recer toda empresa de carácter religioso, que estaba levantando un convento en Aldaz y otro en Lecumberri para sendas comunidades de monjas a las que se habían incorporado dos de sus hijas. Por el mes de septiembre de 189), bien antes de que se presentaran los niños seráficos de Montehano, mandó expedir, de su fábrica de Rentería, tela de hilo para 300 sábanas; otra más fina para 600 fundas de almohada; tela listada en blanco y azul para 300 jergones y tela es– tampada en rosa para 300 sobrecamas; 300 servilletas, 300 toallas y te~a para 12 manteles de comedor. Joaquín Jiménez, el fervoroso terciario tan adicto al P. Llevaneras, se encargó de distribuir entre varias familias las piezas de tela, con cuya confección quedó en poco tiempo equipado el dormitorio ~legial. Comenta el cronista de los "Datos Históricos" que la ::antidad entregada en metálico por los Juanmartiñena, D. José María y D. José Francisco (padre de los sacerdotes capuchinos Pedro Joaquín, Ignacio y Juan Mª de Aldaz) no debió de ser menos eficiente que la entregada en especie 23 • 22. Montehano, 31 de marzo de 1888: AG, G. 62 (1885-1889). 23. "Datos históricos": ACL, A-6; Fray Bernardo de Zugarramuréi, "No ce como princi– piar...", menciona, a continuación de los metros de tela blanca recibidos de limosna, las 300 ga– llinas del primer gallinero, regalo en su mayor parte de los caseríos de lrurita: ACL, A-9. 35

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