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rardo así como la del mapa en relieve del Valle del Baztán colocado en el jardín del viejo inmueble. Los jardines del nuevo Colegio concebidos como botánico exhiben más de un centenar de especies arbustivas o arbóreas, diversificadas en aspecto, flo– ración y dispersión que conjugan ornamento y utilidad docente, para cuya visi– ta los profesores editaron una guía (1981 ). Comunidad Educativa En la estadística del año 1895 figuran bajo el epígrafe de "niños seráfi– cos" incluso aquellos huérfanos del "Machichaco" recogidos por Llevaneras, que ya en su minirreglamento de 1894 brujuleaba con la admisión de alumnos libres, no vocacionales en la carrera clerical. Cuando en 1902 se hace la presentación oficial del Colegio en la Univer– sidad de Zaragoza, se registra plena distinción, no improvisada, ni reciente, en– tre latinistas, bachilleres y comerciantes: los dos primeros grupos están sujetos a los programas y pruebas de los seminaristas y de los alumnos de Instituto, respectivamente; los llamados comerciantes se preparaban, por la selección de asignaturas, a oficialías e incluso direcciones de empresas, con éxito según tes– timonios fidedignos. Elementos complementarios fueron en el ámbito educacional (dejando de lado la parte especulativa) la música, el teatro y la observación de la naturaleza, desde los procedentes de Montehano; atletismo, sin cronometrador en las com– peticiones del "marro", que a tiempo fue sustituido por el juego de pelota, con el que simultanea algo más tarde el del "pelotón" o del fútbol; las clases de gim– nasia sueca (rítmica y musical en determinadas festividades) y los bailes vascos no parecen haberse introducido hasta el primer trienio prefectural del P. José Miguel. Con Fray Antonio de Vera, P. Pedro Mª de Madrid, P. José de Lesaca y creo que con el P. Rafael de Alegría, se cultivaron la pintura y el dibujo ar– tístico, a la vista de una excepcional colección de modelos clásicos en escayola. No puedo precisar cuándo se tomó la iniciativa; pero registran las cróni– cas (C.E., por ejemplo) la "excursión científica" de los de sexto de bachillerato, en mayo de 1917, con los PP. Evaristo de Lecároz y Fortunato de S.S. a fábri– cas y granjas de Rentería, Oyarzun, San Sebastián, Tolosa, Hernani, Villabona, tradición anual que parece no fallar hasta la proclamación de la República. Cuando parecieron normalizarse los transportes y las exigencias de aloja– miento fueron poco más que de jofaina y literas, comenzaron a romperse las barreras regionales: visita a las prospecciones petrolíferas de Lacq y de la fá– brica piloto Pondichery (Mogueres): Altos Hornos y Euskalduna de Bilbao; y con las vacaciones de la Pascua Florida, industria y arqueología peninsular y del archipiélago baleárico; hasta tuvieron la suerte los del Preu de encaramarse, con el jefe guía J. M. Gamboa, sobre un reactor atómico en función. En 1967, los bachilleres de 5° y 6º se lanzan por tierras italianas, desde San Remo a Pisa, Florencia y Roma; y hasta los de 4º de bachillerato recorren Andalucía en "via– je de estudios". Preu, que no se deja emular, recorre , en su correspondiente tur– no, París, Bruselas, Londres; corona expedicionaria la de 1972 (25 de marzo-13 de abril) en el barco de bandera turca "Akdeniz", desde Barcelona al Pireo. Digno de mencionarse por los nutrido y por lo novedoso, la excursión mix- 288

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