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Música grabada Hasta 1907 el primitivo fonógrafo de rollos cumplía su misión más o me– nos, pero el gramófono que podían escuchar en La Misericordia de Elizondo y el que prestó Andueza de Irurita "que ha llamado mucho la atención" fueron la espuela que acució la compra de un aparato. La factura del primer gramó– fono lleva fecha de 23-XII-1909. Lo vende la casa "Phono Royal de Barcelona. Las mejores máquinas parlantes. Rambla de Canaletas, 7" y dice "Por un gra– mófono con motor de gran potencia, caja estilo imperio bocina flor in:.itación madera y su diafragma de aguja correspondiente, 500 ptas.". Y no pucb tener mejor acogida el aparato. Durante todo el año siguiente las audiciones son con– tinuas: tarde de invierno, jueves de lluvia son las oportunidades para escuchar el gramófono. Ocioso parece advertir que las casas Luna y Erviti suministraron inmediatamente discos con gran asiduidad, e incluso la misma casa Pathé de París renovaba el material, diafragmas etc. No causaba mal efecto reunir en la misma sesión el piano de Donostia, la orquesta y los discos de gramófooo o el cine, aliviando así las tardes somnolientas; los profesores y los huéspedes inclu– so gozaban escuchando óperas enteras; también sirvió de válvula de escape "por salirse la correa de la central se apagó la luz y se armó un escándalo mayúscu– lo". A partir de 1915 se desplazó el interés hacia el cine, quedando el gramó– fono relegado a sus reductos exclusivos como las dianas matutinas o la sustitu– ción de películas que no llegaban a tiempo o que eran retiradas. Ot~o medio vino a competir por la atención juvenil, la radio, aunque las más de las veces, resultase frustrante "fracaso del concierto de radio por des– cargas eléctricas; Hilario lo remedió tocando valses de Straus (1932)"; el cro– nista, colegial, comentó: "divertido concierto de radio consistente en anuncios de alpargatas para obreros, botas, fajas de señora, etc." La rápida evolución de los medios aurales ha hecho cambiar radicalmente su uso. Todavía en 1962 (año del incendio) el gran aparato amenizaba los recreos. Con los nuevos planes de estudio, la audición de la música forma parte de la enseñanza habitual y las se– siones con los modernos audiovisuales se integran en el horario escolar, edu– cando en las formas musicales y su historia, gracias al P. J. Arrondo, sobre todo, y a su buen trabajo. La discoteca que desapareció en las llamas fue rehe– cha con mayor amplitud y tanto su material como el de partituras se encuen– tran fichados. No podemos terminar sin dejar constancia de las realizaciones de mayor envergadura: el archivo del P. Donostia y la publicación de sus obras musicales y literarias merced al ahínco, tesón y trabajo del P. Jorge de Riezu y, como com– plemento, la grabación de la Missa pro Defunctis en la Iglesia del Colegio por la Coral de Elizondo con el órgano Cavaillé-Coll (Director, Juan Eraso. Orga– nista Claudia Zudaire). Cine-televisión, Teatro La historia de cada una de estas actividades se imbrica, superpone o anu– la la historia de las otras, al ritmo de la evolución de la vida colegial y de los medios; todas han conocido su época dorada, más o menes efímera, y su de– clive. En este colegio con predominio de alumnado interno, las actividades pa– ralelás y lúdicas adquieren importancia suma e integran la vida social tanto más 279

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