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servan el recuerdo de otros pianistas que obsequiaron al auditorio: Oscariz (1909), Ricardo Felipe (1919), un joven promesa Ochoa (1912), el precoz Mar– tín Imaz (1928) y Roberto Robesbac de cuyo concierto escribió una humorista página el colegial cronista; después de presentarlo como "un tio con melenas, sortijas, una serie de chalecos, una pinta de romántico con todas las de la ley..." sigue "en un pisto de francés, catalán, portugués, italiano, español, da las gra– cias... y comienza el concierto... " Los dos últimos números le merecen este co– mentario: "Maitines" (interpretación: lento - los frailes van al coro- ; luego mete una serie de ruidos -rezan y bostezan- y termina rápidamente -van a la cama- . "Rapsodia fantástica" especie de carrera de autoboards tocada al piano" . Aunque fuera concierto privado merece destacarse la visita de M. Ravel al P. Donostia el 2 de septiembre de 1927 en que ambos interpretaron alguna obra propia. No fueron tan numerosos los conciertos de órgano pero también han pa– sado por su consola intérpretes importantes: Víctor Zubizarreta y Luis Urteaga lo inauguraron y ambos iteraron sus actuaciones, B. Gabiola "afamado compo– sitor y organista" (7-IX-24) ejecutó "un magnífico concierto", Miguel Echeves– te que había intervenido en el Erard, dio un gran recital la tarde del 26 de abril de 1942, Esteban Elizondo (2-X-86) homenajeó al P. Donostia con un progra– ma ambicioso de autores contemporáneos. Otros músicos han dejado muestras de su valía, a veces excepcional. Ni– canor Zabaleta que, siendo colegial, intervino muchas veces, retornó con Galve y el 17 de mayo de 1962, Regino Sainz de la Maza asombró al "público esco– gido" con la filigrana de sus dedos sobre las cuerdas de la guitarra. Las audi– ciones de instrumentos de cuerda fueron frecuentes: Alberro, Enrique Munárriz, Santiago Bengoechea, José Antº Huarte han inscrito sus nombres; ocasional– mente han intervenido tercetos (al piano P. Bautista de Arrona) cuartetos o quin– tetos, recordamos el formado por A. Alvira, Pedro Gómez, J. Mª Leceta y Luis Taberna (1955 y 56) y el de la Orquesta de Euzkadi (1983). Y la enumeración se estira con l. Ansorena (4-IV-27) Tellechea de Ituren, acordeonista, el conjunto de chistu de Rentería, la Banda de Rentería, el con– junto de metales de S. S. (1986) y la Orquesta Santa Cecilia (11-111-88) bajo la dirección de Jacques Bodmer con la soprano E. Abad y la Coral de Cámara con J. L. Eslava. La música vocal tuvo sus iniciadores en el barítono Aguirresarobe y el te– nor l. Fagoaga, con varias actuaciones, y el chantre Sr. Etcheberry que ilustró la conferencia del P. Donostia sobre El Lied con un magnífico programa (24-11-29). La visita de la Schola Cantorum de D. Gelasio (1927) (repitió en 1957) fue seguida de otras muchas: Coral de Ustaritz (1935), Doble Cuarteto Vocal de Pamplona (1953), Escolanía Gorriti de Tolosa (1954), Schola Canto– rum de S. S. con el P. Lazcano, Eskifaia de Fuenterrabía con el ex colegial J. Busto, y sobre todo la Agrupación Coral de Elizondo, con J. Eraso, intervinien– do en las más diversas oportunidades, homenaje al profesorado, asamblea de exalumnos, Funeral y aniversario del P. Donostia, homenaje al P. Jorge, etc. y grabación de la Misa pro Defunctis del capuchino donostiarra. 278