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nión reducirla a un número anual, que recibirá una subven~ión no superior a 10 pesetas por asociado 11 7 • Se le cayó la espada a Damocles, que descua::tizó al recién nacido. Porque, aunque el P. Marcelino de Tolosa, sucesor del P. Carlos de Vera, en la jefatura lecarocense, Qulio de 1954) se complaciera en su supervivencia, tuvo por más acertado la inhibición pacifista que la lucha discordante. R2quiem por "Lecároz". La publicación colegial "Madre del Bu~n Consejo" se empluma desde el mes de agosto de 1953 con el penacho de "Organo Oficial del Colegio :✓ de la Asociación de Antiguos Alumnos" , hasta el último número de 1959; con el ex– traordinario 37-38 del año 1960 y hasta el nº 41 del año 1961, recupera su pre– sentación de "Organo Oficial del Colegio de Lecároz"; y desde el nº 42 (Navi– dad de 1961) desaparece lo de "órgano oficial", para continuar como ":\,ladre del Buen Consejo. Lecároz" . En junio de 1960 se publica el primer número del boletín de ex c:Jlegia– les, sin mayor error que el de la cabecera: "Lecároz. Boletín de Infornación de la A.A.A. .. "; desde febrero de 1972 sale enmendado: "Madre del Buen Con– sejo. Lecároz. Boletín de Información de la Asociación de Angituos Alumnos del Colegio". (¿Correcto?). De interés social 1.1 Proyecto Garraus-Plaza Por el mes de julio de 1954 es nombrado Rector del Colegio de Lecároz el P. Marcelino de Tolosa. Veinte años de convivencia colegial, en calidad de profesor y de vigilante, culminan en el trienio de Prefecto de Disciplina. Se ha convencido de que también las instalaciones envejecen. Ex colegiales, notorios por su afecto y lealtad a la herencia de Llevaneras, le han dicho y le va::i a re– calcar: "O renovarse o morir". En la primera asamblea de ex colegiales expone la situación: quiere mejorar algún aspecto material; aún no sabe qué ni cómo, porque si el anterior trienio le había legado un nuevo edificio, la resider.cia de las monjas, sobre créditos ajenos se sustentaba. Le respondieron con una doble hipótesis de buena voluntad: arbitrar entre los ex colegiales un préstamo a in– terés módico y/o presentarse, con un religioso de Lecároz, al señor Director de Segunda Enseñanza, D. José Mª Sánchez de Muniáin, en solicitud de alguna subvención sustanciosa 1 • No fue tan etérea la resolución, cuando, a los dos meses, dos buenos téc– nicos José P. Murúa y José Mª Aranzadi, esbozaron un plan de saneamiento de la economía, que durante más de tres horas discutieron con el llamado dis– cretorio del Colegio, formado por los PP. Marcelino de Tolosa, Serafín de T., administrador, y José Miguel de Aldaz. Intempestiva suspicacia doméstica (no de los ex colegiales) mandó al garete la primera hipótesis, a punto de realizarse: la de un préstamo importante a bajo interés (fracaso del 26 de abril de 1955, a cargo de P.S.T.). 117. Crónica conventual del Colegio de Lecároz, 7 de junio de 1953. l. P. Marcelino de Tolosa, rector, al min. prov. P. Ricardo de Lizaso; Lecároz 12 de fe– brero de 1955: AP, Lecároz-5. 239
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