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En la Crónica conventual, escri:a por el superior y rector, P. Marcelino, falta cualquier alusión a la comunidad monjil. No parece mal indicio. Ni debe considerarse tal, haber convenido en c.lgo tan primario como la formulación de unas cláusulas de acuerdo, a que se llega en el verano de 1955 y que escalona– damente se van firmando por la Rda. Superiora Gral. de las RR. Terciarias de San Francisco de Asís y de la Inmaculada Concepción, M. Sor Pilar Franco, en Valencia el 28 de noviembre; por Fr. Marcelino de Tolosa, en Lecároz, 3 de diciembre; y por Fr. Ricardo de Liza.so, min, prov., en Pamplona el día 5 del mismo mes de diciembre del año 195.5. La vigencia del contrato se fija e:i 4 años, prorrogables automáticamente, por otros cuatro, si no se interpuso denuncia por una de las partes, un año an– tes de expirar el plazo. Las religiosas se harán cargo, con sus auxiliares., de la cocina, de la hospedería, del lavadero mecánico y de la cámara frigorí.-ica, así como del arreglo y planchado de rop::. de religiosos y colegiales; mas ya no del dormitorio colegial (al que se había franqueado una entrada desde el comedor, cuando eufóricamente se ofrecieron para uno y otro servicios); tampoco de la ropería. Constará el personal comprometido de 9 religiosas y 5 auxiliares femeni– nas; uno (o dos) criados en la cocina. Se asignan como honorarios el de 300 pesetas mensuales a la Macre Su– periora y 200 a cada una de las demá3 religiosas. El servicio pastoral, gratuito, a cargo de la comunidad capuchina; gratui– to asimismo el servicio médico, cuy::is honorarios correrán por cuenta del Colegio 1° 5 • Nuevo superior y rector desde julio de 1957: P. Domingo de Be~zama. El 15 de octubre se acuerda del santo de la superiora, M. Teresa, le feicita y le hace entrega de un obsequio sencilk); y declina en los PP. Carlos de Vera y Rafael de Vidania (vicario) la invitación al ágape de mediodía con las religio– sas. Relación de cortesía elemental, que interpreta el P. Domingo come• señal de necesaria confraternización entre a,'llbas comunidades, en tanto que a otros religiosos causó extrañeza. Antes del año se presenta la Rd::na. M. General a suplicar mitigación en los servicios de sus súbditas, por considerarlas abrumadas de trabajo. De su en– trevista con los padres Domingo y Pascual de Pamplona se deduce que no es la tarea pesada sino la cizaña lo que las perturba: se comenta que si han de agre– garse cocineros a sus órdenes, cesa la razón de su estancia en Lecároz. Fuera de eso, que se procurará acallar las murmuraciones de los religiosos dis– conformes. Los motivos de disgustos y de quejas se van acumulando con los días; las sensibilidad femenina se siente lastimada porque no se estiman sus lab,:>res y aún se les muestra displicencia. Por lo que la Rdma. M. General anuncia al mi– nistro provincial, P. Florencio de Artabia, por el mes de octubre de 1959, su determinación irrefragable de retirarse. No obstante, como el curso está ya en marcha y aunque, de acuerdo con las cláusulas del contrato, pudieran amentar- 105. CONTRATO estipulado entre el Padre Rector del Colegio de Lecároz y la Reveren– dísima Madre General de las Franciscanas de la Inmaculada: ACL, H-37. 233

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